Con la celebración de la Solemnidad de la Anunciación del Señor, punto de inflexión que cambió el rumbo de la historia de la humanidad ya que, celebramos aquel momento en el que la Virgen María aceptó ser el primer Sagrario vivo y custodiar en sus entrañas al Hijo de Dios, el mundo celebra también la apertura que la Iglesia tiene a la vida y su significativa postura ante el cuidado de la misma.
Recientemente, nuestro país ha sufrido la aprobación de la comercialización de la Pastilla Anticonceptiva de Emergencia (PAE), que como ya conocemos los mecanismos de defensa son; anticonceptivo y abortivo lo cual atenta directamente con la concepción de la vida. El padre Alejandro Enrique Ruiz de la Diócesis de Juticalpa, explica en tres mensajes lo que representa esta celebración para la Iglesia y defensa de la vida. “Primero, el Señor está contigo le dice el ángel a María.
El Señor está con nosotros, es fiel, es misericordioso, nos ama hasta el extremo, da la vida por nosotros; Segundo, ‘No temas’ dice el ángel. En otras palabras, yo estoy aquí para cuidarte, defenderte del mal, de la muerte. Por eso no temer a amar la vida, esta vida que Él nos ha dado en plenitud.
No tener miedo a defenderla de aquellos que atentan; Tercero, Espíritu Santo descenderá sobre ti…somos ungidos por el Señor y un cristiano bautizado ha adquirido una nueva vida, por tanto, debe luchar por la vida, así como María, que, aunque fue juzgada y perseguida, cuidó de la vida que llevaba en su vientre, la defendió”. El presbítero agrega que María es modelo en defender la vida en ese estado de concepción y al defender esa Vida dio vida al mundo. “Por tanto, un cristiano, un ser humano que defiende la vida es porque ama a Dios, a Jesús y a la Madre del cielo”, señaló.
El padre Javier Martínez, reafirma la posición de la Iglesia en torno a esta decisión de país al decir que “Nuestra postura es realmente la defensa de la vida y por eso la Iglesia avanza, nuestro propósito no es entrar en controversia sino proteger y custodiar un don que es particular de todos los hijos de Dios, porque un cristiano y católico debe ser provida, con convicción debe abogar por la defensa de la vida no solo en la concepción sino también en todas las etapas del desarrollo humano y luchar por garantizar la dignidad de la persona y formación en valores”.