En la encíclica Christus Vivit, el Papa Francisco dirige a los jóvenes las siguientes palabras en el primer numeral: “Vive Cristo, esperanza nuestra y Él es la más hermosa juventud de este mundo. Todo lo que Él toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida. Entonces, las primeras palabras que quiero dirigir a cada uno de los jóvenes cristianos son: ¡Él vive y te quiere vivo!” En un mundo tan convulsionado, donde parece ser más importante lo que se publica en las redes sociales, cómo vestir, qué tanto sé de farándula, excesos, descontrol entre otras cosas más, sumándole la realidad que acontece al mundo desde el 2020 con la pandemia por COVID-19, existe una fuerte preocupación y casi un llamado de atención a la juventud para que despierte y viva a Cristo.
El padre Alberto Enamorado, asesor de la Pastoral Juvenil Arquidiocesana, expresa que para que exista una verdadera resurrección en la juventud, primero debe haber pasión y muerte. “El joven debe aprender a morir a sí mismo y también a sus egoísmos y comodidades”, dijo y agrega que “lamentablemente, la pandemia, ha envuelto a los muchachos en una perspectiva de aislamiento, donde se han visto inmersos en todo aquello que creen que les llena como ser las tecnologías del mundo y el mal manejo de todas estas herramientas otorga el completo poder sobre sus vidas lo que los lleva a un estado de muerte porque aleja de familias, amistades y roba la identidad del joven”. Ángel Cadenas, coordinador de la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, considera que este tiempo de desconexión del mundo real.
“Todos los detalles que nos distraen pueden puede ser una analogía, caminar en sacrificio, como Jesús rumbo al calvario, camino a la cruz, con bofetadas, insultos, tentaciones, heridas, pero luego de eso pudo triunfar”, manifestó y amplía diciendo que “tenemos la capacidad de decidir el seguir a Cristo aunque en el camino hayan momentos de angustia y dolor pero al final de cuentas se trata de eso, una decisión radical de seguimiento manifiesta el líder de los jóvenes”. El padre Alberto también comparte un mensaje esperanzados para la juventud “Para que un joven despierte debe aprender a tener un equilibrio sano en su vida, como sociedad debemos ayudarles y apoyarles para que sean conscientes. Para levantarse hay que despertar esperanza y oportunidades, vivir en entrega y servicio”. La juventud es una oportunidad que Dios nos da sobre todo para que a través de los servicios y talento humano podamos imitar el Evangelio.
1 Pandemia
Debido a la crisis sanitaria provocada por el COVID-19, se produjo un fuerte resultado de aislamiento y soledad en los jóvenes, llevándolos a refugiarse en redes sociales, videojuegos, modas etc.
2 Decisión
Para tomar la decisión de levantarse primero hay que despertar y dejar que las palabras de Jesucristo en el Evangelio cuando revivió a la hija de Jairo, “Talithakum” penetren en los jóvenes y se dejen amar por Dios.
3 Esperanza
La resurrección de Cristo representa esperanza para la juventud, la vitalidad y energía de esta generación acompaña la buena noticia del resucitado que se hace presente en cada joven que decide seguirle.
