No es tener suficiente tiempo para vivir, sino aprender a utilizar el tiempo para servir, porque solo así es que nos identificamos como buenos samaritanos, haciendo las cosas en el silencio que Dios manda. La Iglesia olanchana ha sido bendecida, porque, en el pasado, recibió a muchos misioneros, pero hoy es una zona pastoral que comparte la misión desde la pobreza, pequeñez y el martirio, es decir, que dar de lo poco que se tiene a través de la abundancia, es signo de entregarse a los demás.
En la aldea de la Concepción, en el templo dedicado a San Joaquín y Santa Ana, fue donde se celebró la Santa Eucaristía donde los jóvenes Adalid López, Marlon Ramos, Carlos Moreno, Saúl Rojas, Isaías Osorio, José Antonio Menjívar, entre otros, renovaron su compromiso misionero. Carlos Moreno, misionero activo, dijo que son jóvenes entusiastas que siguen poniendo en movimiento a la Iglesia Católica. En los inicios de las Obras Misionales Pontificias (OMP), Moreno fue el coordinador diocesano. “Somos un territorio en salida, la misión es dar testimonio del amor de Dios y de Jesús salvador del mundo, la misión es la fidelidad del mandato de Jesús”, dijo.
Por su parte, Marlon Ramos, manifestó que “La misión es el llamado que nos hace Dios a cada uno de nosotros los cristianos, con el compromiso de anunciar el Evangelio y llevarlo a donde no lo conocen”. En su amplitud Olancho es territorio misionero y desde el año 2000 los jóvenes con esa inquietud empezaron a organizarse a través de grupos juveniles.
Las Obras Misionales Pontificias (OMP) son el principal instrumento de la Iglesia Católica para atender las grandes necesidades con las que se encuentran los misioneros en su labor de evangelización por todo el mundo. Las OMP ofrecen un constante apoyo espiritual y material para que los misioneros puedan anunciar el Evangelio.
