Inicio de la Cuaresma entre la pandemia y las elecciones primarias

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A religious cross placed on purple background.

Intentar correlacionar la Cuaresma con una crisis sanitaria y un proceso de elecciones primarias resulta un reto muy interesante si consideramos que nuestra vida de Iglesia, en la mayoría de las personas bautizadas, no tiene ninguna relación con los otros aspectos de la vida cotidiana. Justo en este año 2021, se juntan tres momentos únicos que nos obligan a tomar decisiones, a ser creativos y asumir nuestras responsabilidades como creyentes. Durante 40 días, iniciando con el “Miércoles de Ceniza”, la Santa Madre Iglesia nos invita a vencer las tentaciones del mal que buscan apartarnos del camino de Cristo, mediante el ayuno para dominar nuestro cuerpo, la oración para fortalecer nuestra confianza en Dios y la limosna para desprendernos del egoísmo y ayudar al prójimo (Mt 6, 1-18) mientras caminamos y nos preparamos para la gran celebración de la Pascua, como manifestación del predominio de la vida sobre la muerte.

Pero este tiempo litúrgico cuaresmal lo tendremos que vivir en medio de una caótica situación de salud pública, alejados de los templos y con un cargado e intenso calendario político electoral; situación que deja
indiferente a muchos católicos, ante la percepción que eso no forma parte de nuestra vida porque los políticos “No me dan de
comer”. Sin embargo, el Papa Francisco hablando en la Sala del Consistorio el lunes 4 de marzo de 2019, nos recuerda “Ser católico en la política no significa ser un recluta de algún grupo, una organización o partido, sino vivir dentro de una amistad, dentro de una comunidad”.

Si tú, al formarte en la doctrina social de la Iglesia no descubres la necesidad en tu corazón de pertenecer a una comunidad de discipulado misionero verdaderamente eclesial, en la que puedas vivir la experiencia de ser amado por Dios, corres el riesgo de lanzarte un poco a solas a los desafíos del poder y terminar en el mejor de los casos con un buen puesto político, pero solo, triste y con el riesgo de ser manipulado. La política es vocación de servicio, diaconía laical que promueve la amistad social para la generación de bien común. Solo de este modo la política colabora a que el pueblo se torne protagonista de su historia y así se evita que las así llamadas “clases dirigentes” crean que ellas son quienes pueden dirimirlo todo.”

Continúa diciendo el Pontífice: “En América Latina tenemos un santo que sabía bien de estas cosas. él veía a muchos laicos deseosos de cambiar las cosas pero que muchas veces se extraviaban con falsas respuestas de tipo ideológico. Con la mente y el corazón puestos en Jesús y guiado por la doctrina social de la Iglesia, San Óscar Arnulfo Romero decía y cito:“Para ser buen
político no se necesita ser cristiano, pero el cristiano metido en actividad política tiene obligación de confesar su fe. Y si en
eso surgiera en este campo un conflicto entre la lealtad a su fe y la lealtad a la organización, el cristiano verdadero debe
preferir su fe y demostrar que su lucha por la justicia es por la justicia del Reino de Dios y no otra justicia”.

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