A todos en algún momento se nos ha dicho que nuestra Iglesia se mantiene en misión permanente, o como lo manifiesta el Papa Francisco, “En salida”, y nada de eso está errado, pues a ejemplo de célebres hombres y mujeres a quien llamamos santos podemos decir que tenemos un gran legado.
Un misionero incansable lo encontramos en San Francisco Javier, quien aunque era un joven adinerado, lo dejó todo, guiado por la oración constante que practicaba y se adentró a la misión, proponiéndose metas con el solo objetivo de extender el Reino de los cielos y llevarlo cruzando fronteras.
Al norte de nuestra ciudad capital se encuentra un pequeño templo dedicado a este gran santo al que conmemoramos hoy, específicamente en la colonia Smith. Hasta aquí decenas de fieles se hicieron presentes para rendir honor a su patrón. Fray Agustín Lara, párroco de la Sagrada Familia y a quien pertenece esta comunidad, exhortó a su feligresía a caminar bajo el ejemplo del santo misionero por excelencia.
