La religiosidad popular establece que cada tres de mayo se celebre la fiesta de la cruz, una conmemoración que trae consigo diversos signos. Entre ellos, está la colocación de cruces en los hogares de forma decorada, otros realizan procesiones, que este año, no se podrán por la pandemia y algunos la portan en su pecho, como signo de pertenencia a Dios y de la misión que les han encomendado. Algunos otros, ven la cruz como un signo de tortura. Monseñor Darwin Andino advierte sobre las actitudes que muchas veces se tiene en torno a la cruz.
Jesús en el Evangelio invita a cargar la cruz de cada día y en esta pandemia, pareciera que fuese muy pesada, es por ello, que el Padre Bernardino Lazo, director nacional de Obras Misionales Pontificias nos recuerda que Dios por amor, murió, se entregó, se donó absolutamente y resucitó, por lo que este madero, ahora es un signo glorioso.
Para Blanca Rodríguez, coordinadora del Apostolado de la Cruz en Honduras, esta pandemia es una oportunidad para adherirnos a la cruz del Señor. Agrega que en la medida que confiemos en el Señor, saldremos adelante, porque no estamos solos.
Estamos llamados a poner ante Jesús crucificado a todos los crucificados de hoy, hermanos y hermanas víctimas inocentes del sufrimiento y la maldad del mundo. Sólo él puede consolarlos y darles amor
