Quiero compartir con ustedes la vivencia del IV Congreso Nacional Misionero, llevado a cabo en la cuidad de Juticalpa, los días 29 al 31 de agosto, con el lema “Honduras, con la fuerza del Espíritu; testigos de Cristo Vivo.
Los congresos misioneros son espacios para compartir el caminar en el ambiente de la Misión, reflexionar en las luces y las sombras de la labor misionera en los países o diócesis de los participantes; además de converger en líneas de acción para dinamizar la tarea misionera.
Se realizó en noviembre de 2024, el 6to Congreso Americano Misionero, en San Juan, Puerto Rico. Por tanto, para compartir y socializar este encuentro de animación y formación misionera en nuestro país, se realizó nuestro congreso.
Provenientes de 10 diócesis, se tuvo la asistencia de 136 participantes; encontrándonos en el Centro de Formación Fray Diego Vela. Iniciando con la Eucaristía para entrar en sintonía con la espiritualidad misionera.
Dirigiéndonos por la metodología de ponencia, testimonio y signos; se fueron desarrollando los diferentes momentos. Monseñor Jenry Ruíz, obispo de Trujillo, fue el responsable de iniciar las conferencias, con el tema “de la Missio Dei y a la Missio Ecclesiae”, de la Misión de Dios a la Misión de la Iglesia.
Entre las ideas compartidas por Monseñor Ruiz están: La patente de la Misión y de la Iglesia esta en la Santísima Trinidad, si se perdiera esta raíz -esta esencia- se perdería el rumbo.
Dios es amor (ver 1 San Juan 4, 8) y nunca dejará de serlo. Nunca dejará de amar a su creatura. Por eso la Misión de Dios (Missio Dei) ofrece una respuesta misericordiosa de Dios antes la realidad el pecado y del mal en el mundo. En Jesucristo pudimos regresar a la Casa del Padre, recibir la dignidad de ser Hijos de Dios. El Espíritu Santo inició una nueva forma de comunicación entre el hombre con su Dios.
La Misión de la Iglesia es continuidad de la Misión del Hijo, leamos: “Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.»” (San Juan 20, 21). El contenido de esta misión es el Reino de Dios, a saber, la reconciliación y la unificación.
La siguiente semana seguiré compartiendo la experiencia del congreso.
