Hijas de María Auxiliadora celebran Profesión Perpetua

La vida Consagrada testimonia y expresa con fuerza que Dios y el hombre se buscan mutuamente.

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Con la certeza de haber sido llamadas a participar en la misión educativa del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, con el acto eclesial de la Profesión Perpetua, Sor María Leonor Esmeralda García y Sor María Gladis Gonzáles, declararon públicamente su voluntad de darse irrevocablemente a Dios y a los hermanos según el proyecto de Don Bosco y Madre Mazzarrello.

Rezando en la monición a la primera lectura de la celebración que la vocación religiosa es iniciativa del mismo Dios, que atrae a sí una criatura suya con un amor especial para una misión especial, siendo un amor grabado para siempre.

“Este es el proyecto bellísimo que asumieron hace algunos años  y que ahora en comunión con sus hermanas quieren seguir anunciando a Cristo a los jovenes según el espíritu de Don Bosco y Santa María Madre Mazzarrello, ratificándolo hoy con un sello definitivo, de un amor para siempre, de un sí definitivo”, puntualizó en la reflexión homilía Su Eminencia Cardenal Óscar Andrés Rodríguez, Arzobispo de Tegucigalpa.

La vida consagrada es testimonio de la sobreabundancia de amor que impulsa a perder la propia vida, como respuesta a la totalidad del amor del Señor que dio su vida por sus hijos.

“Es como tocar el cielo y estar aquí en la tierra, es un gran regalo el llegar a este Sí para siempre, en donde cada año lo vamos renovando, siendo una entrega total a Dios y que más en nuestro carisma salesiano en favor de nuestros niños, niñas y jóvenes”, comentó muy feliz Sor María Leonor Esmeralda García.

Alegría que también se vivió en las familias de las consagradas a Dios, quienes junto a la comunidad les han acompañado en este vivir.

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