El Bautismo, es la bienvenida que nos da la Santa Madre Iglesia al iniciar el recorrido en nuestra vida como Cristianos. Según el Catecismo de la Iglesia Católica este Sacramento, es el que nos da acceso a los demás sacramento y a su vez, es el que nos incorpora como miembros de la Iglesia, llegando a ser miembros de un cuerpo místico en Cristo y partícipes de su misión, brindándonos así, una serie de gracias y dones especiales.
Regalos
El Padre Santos Pablo Vásquez, Párroco de la comunidad San Martín de Porres, explica que el Bautismo es como una puerta de entrada que nos otorga las siguientes gracias especiales. “En primer lugar, se nos es perdonado el pecado original. Segundo, comenzamos la vida de la gracia, de amistad con Dios. Tercero, nuestro nombre es inscrito oficialmente en el libro de la vida. Cuarto, recibimos el Espíritu Santo. Quinto, nos convertimos en miembros de la Iglesia”, expuso.
El Bautismo nos hace a renacer a una vida en Cristo; este inicio se realiza mediante el agua en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Al ser bautizados, los creyentes participamos en la muerte y resurrección de Jesucristo y nos asemejamos a Él, puesto que se nos otorga el sacerdocio, profecía y reinado de Cristo. Este Sacramento imprime en el alma un signo espiritual indeleble, el carácter, que consagrar al bautizado a la vida sacramental de la fe católica. Por razón del carácter, este no puede ser reiterado.
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Del Catecismo de la Iglesia Católica que nos dice que “Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios”.