En las Sagradas Escrituras, se nombra a dos hombres que llevaron un popular nombre en aquellos tiempos: Judas. Ambos formaron parte de los 12 apóstoles que el Señor eligió. Uno era Judas Tadeo, hermano de Santiago de Alfeo y el otro Judas Iscariote quien traicionó a Jesús y lo entregó a las autoridades.
En muchas ocasiones, se tiende a confundir a ambos perfiles, sin embargo, lo que destaca en cada uno de ellos es la fidelidad en el caso
de Judas Tadeo y traición en la de Judas Iscariote. El Papa Benedicto XVI, en su audiencia general del miércoles 11 de octubre de 2006, mencionaba que se debe de purificar la identidad de ambos personajes y también diferenciar puesto que Judas Tadeo, es el santo de las causas imposibles.
“No se sabe a ciencia cierta de dónde viene el sobrenombre Tadeo y se explica cómo proveniente del arameo tadà’, que quiere decir “pecho” y por tanto significaría “magnánimo”, o como una abreviación de un nombre griego como “Teodoro, Teódoto”, decía el ahora pontífice emérito. Es importante destacar la fidelidad de San Judas Tadeo quien también era primo de Jesús, porque fue hijo de un hermano de San José y de una pariente de la Virgen María, fue testigo de su muerte, resurrección y ascensión a los cielos. Tal como lo indica el nombre Tadeo fue un hombre de corazón tierno que predicó el Evangelio de Jesucristo en su época.
En cambio, en torno a la figura de Judas Iscariote se puede decir que fue un hombre que perdió su alma por amor al dinero y el poder. Probablemente no era un ser malo, pero se dejó envolver por la ambición. Seguramente pensó que al servir al hijo de Dios se convertiría en alguien importante y bajo estas circunstancias fue que decidió entregar a Jesús al Sanedrín por 30 monedas de plata. La tradición cuenta que se arrepintió y quiso devolver lo ganado por ser cómplice, pero era demasiado tarde, el Señor ya había muerto.
Existe una delicada línea entre la fidelidad y la traición, puede servir de ejemplo la vida de ambos personajes puesto que en su libertad de hijos de Dios decidieron y las consecuencias se vieron reflejadas en los frutos o disgustos de sus vidas. La devoción a San Judas Tadeo debe servir como ejemplo de entrega, además que es un pilar del seguimiento del Señor, fiel intercesor, por eso es llamado el santo de las causas imposibles.