A pocos días para que se desarrolle el proceso electoral primario, crecen las expectativas y las controversias entre militantes de las diferentes corrientes políticas, sin embargo, está acción solo denota la falta de tolerancia y amor hacia el prójimo.
Como cristianos, sabemos que el hecho de profesar nuestra fe no nos exime de participar en este proceso para elegir a las autoridades del país. En este sentido, el seminarista César Andino nos recuera que en tiempos donde la polarización política amenaza con fragmentar nuestras comunidades, la Iglesia debe tener presente su misión fundamental; ser signo de unidad y fraternidad “No podemos permitir que las diferencias ideológicas nos dividan. Como familia en la fe no debemos permitir que las banderas políticas dividan el Cuerpo de Cristo”. Andino además añadió, que no podemos olvidar que nuestra misión es el anuncio del Reino de Dios, que no se somete a intereses partidistas ni a ideologías humanas.
Discernimiento
El Diácono Eli Saúl Rivera, de la Diócesis de Comayagua, dijo que en este año que nuestro país celebrará elecciones para elegir un nuevo Gobierno, debemos tener algunas ideas claras acerca de la política, de nuestra elección y posición como Iglesia. “La posición de la Iglesia siempre va a ser de una forma céntrica, es decir a la mitad de dos extremos, por eso es bueno discernir nuestra decisión y preguntarnos ¿qué candidato es el mejor? o ¿De dónde viene este candidato? y ver si tiene valores morales y cristianos”, resaltó. Alguien que tiene su mirada puesta en Jesús debe pedir discernimiento del Espíritu Santo para lograr identificar a las personas correctas que sepan gobernar el país, teniendo como prioridad los intereses del pueblo que necesita un cambio estructural, y no intereses propios.
1 Mensaje
“La política, si se lleva a cabo en el respeto fundamental de la vida, la libertad y la dignidad de las personas, puede convertirse verdaderamente en una forma eminente de la caridad”: Papa Francisco para la 52ª Jornada Mundial de la Paz.
2 Compromiso
Necesitamos practicar la caridad en el debate, la paciencia en la diferencia y la misericordia en nuestras relaciones, que no sean las pasiones políticas las que nos definan sino el amor que nos une como pueblo de Dios.
3 Peligro
Según el Santo Padre, cuando el ejercicio del poder político apunta únicamente a proteger los intereses de ciertos individuos privilegiados, el futuro está en peligro y los jóvenes pueden sentirse tentados por la desconfianza.