El primer libro de los Reyes presenta la figura del profeta Elías y la viuda de Sarepta (1 Reyes 17,8-16). Esta historia, nos cuenta como durante una gran sequía, Dios envía a Elías a Sarepta. Allí, se encuentra a una viuda pobre que apenas tenía un puñado de harina y un poco de aceite. Elías le pide que prepare un pan para él, asegurándole que Dios no dejará que falte la harina ni el aceite hasta que vuelva la lluvia. A pesar de su situación desesperada, la mujer confía en la palabra del profeta y actúa con fe. Como resultado, su provisión nunca se agota, y ella, su hijo y Elías sobreviven la crisis. Esta historia es un poderoso símbolo de esperanza. Bien dijo el Papa León XIV, cuando afirmó que, “La esperanza no se basa en nuestras capacidades, sino en la generosidad incondicional y la misericordia constante de Dios, que siembra con paciencia y espera con amor”.

“Jesús nos enseña que la esperanza cristiana no es evasión, sino compromiso. Esta actitud es fruto de una oración profunda, en la que se pide a Dios la fuerza para perseverar y permanecer en el amor”.

León XIV
Papa

Esperanza

Esta historia sirve de inspiración para vivir este mes de septiembre que se dedica a las Sagradas Escrituras en el país y en preparación para la Santa Misión 2026. En este contexto y en el marco del año jubilar, la Palabra de Dios se vuelve semilla de esperanza para el pueblo que peregrina en Honduras. Vanesa Osorio, quien es biblista coincide con esto y afirma que, el Papa León XIV nos lo recordó con ternura y audacia hace unos días, nos decía, sean semillas de esperanza donde vivan, en sus familias, entre sus amigos, en la escuela, en el trabajo, que esta misión sea en lo cotidiano, testimonio vivo de fe. “San Jerónimo también nos enseñó, decía que la Escritura es un manantial sin fondo. La palabra es tan poco profunda que el niño pueda beber sin miedo y tan profunda que el sabio nade sin tocar fondo” dijo. El Padre Fernando Ibáñez, de la Arquidiócesis de San Pedro Sula, ahonda en este temática, al afirma que debemos acoger la invitación a gustar la Palabra del Señor, no a consumir versículos. “Escuchamos la llamada a compartir ilusión aún “en tierra extraña” y soñamos con que reine en fidelidad. Aquel que hace justicia al oprimido y da pan al hambriento; libera al prisionero, abre los ojos al ciego, ama a los justos, protege al migrante y sustenta al huérfano y la viuda, pero pone obstáculos en el camino de los malvados”, haciendo referencia de esta escucha que se debe tener de los textos sagrados.

Que dice la Iglesia sobre las traducciones del a Biblia
El numeral 22 de la constitución apostólica Dei Verbum afirma que “La palabra de Dios debe estar siempre disponible, la Iglesia procura, con solicitud materna, que se redacten traducciones aptas y fieles en varias lenguas, sobre todo de los textos primitivos de los sagrados libros. Y si estas traducciones, oportunamente y con el beneplácito de la Autoridad de la Iglesia, se llevan a cabo incluso con la colaboración de los hermanos separados, podrán usarse por todos los cristianos”.

Fundamento

La Constitución dogmática Dei Verbum, en el numeral 21 enfatiza que, la Iglesia ha considerado a las Palabra de Dios, junto a la tradición como “la regla suprema de su fe, puesto que, inspiradas por Dios y escritas de una vez para siempre, comunican inmutablemente la palabra del mismo Dios, y hacen resonar la voz del Espíritu Santo en las palabras de los Profetas y de los Apóstoles. Santos Cecilio Oviedo, un laico comprometido, que busca promocionar las Escrituras en todo momento, hace una analogía del tema y menciona que, “para que la semilla de la Palabra pueda crecer, debemos prepararla mediante la oración, el ayuno y la caridad. Estas prácticas espirituales nos ayudan a eliminar las “malas hierbas” de la duda, el egoísmo, la indiferencia, creado un espacio fértil para la fe”.

Semillas de Esperanza
La Palabra que nos guía.

Wilson Velásquez, integrante de la Asociación de Biblistas Católicos de Honduras indica que, en este Mes de la Biblia, la Iglesia nos invita a acercarnos con más profundidad a la Sagrada Escritura, fuente viva de nuestra fe y guía para la vida cristiana. La Palabra de Dios no es solo un conjunto de relatos antiguos; es un encuentro personal con Cristo que nos desafía a transformar nuestro corazón y nuestra comunidad. “Cada versículo es semilla que, sembrada en la vida cotidiana, puede dar fruto de esperanza, reconciliación y compromiso. En preparación para la Santa Misión, la lectura y meditación de la Biblia nos impulsa a salir al encuentro de nuestros hermanos, llevando consuelo, enseñanza y testimonio de amor. Como señala la el tema propuesto para este mes de la Biblia 2025 La Animación Bíblica de la Pastoral: “La Palabra de Dios es semilla de esperanza para el Pueblo que peregrina”.

Vanesa Osorio, Biblista: “Hoy en Honduras tenemos un llamado urgente a decir con coraje y confianza: heme aquí, envíame a mí.  En este mes jubilar, que nuestra misión brote del corazón que bebe de ese manantial y transforme nuestros hogares, nuestras comunidades, nuestra nación, que sean causas de paz, de justicia y de vida. Que la palabra de Dios nos llene de esperanza y que nosotros también seamos transmisores de esa esperanza que viene de Él” 

Santos Cecilio Oviedo, feligrés: “De la misma forma que un agricultor escoge la mejor semilla para asegurar una buena cosecha, nosotros debemos acercarnos a la Palabra de Dios con una corazón dispuesto. Como peregrinos de Esperanza, estamos llamados a llevar la Palabra de Dios a otras personas, a aquellos que se han alejado del camino del Señor”

Mons. José Vicente Nácher, Arzobispo de Tegucigalpa: “La Palabra de Dios es fuente de esperanza. Este es lema para este año jubilar en torno a la Palabra de Dios. La Iglesia escucha y custodia la Palabra del Señor y con ello ofrece al mundo un testimonio de esperanza. En un mundo saturado por tantos mensajes pasajeros, la Palabra divina permanece siempre viva, más aún, se hace motivo concreto y tangible de Esperanza para todos”

1 Revelación:La Palabra de Dios, ilumina el camino de los creyentes en el Jubileo 2025, invitándolos a ser Peregrinos de Esperanza. Su estudio fortalece la fe en Cristo resucitado, transformando vidas hacia la paz y la reconciliación.
2 Consuelo: La Palabra de Dios, ofrece consuelo en el Jubileo de la Esperanza, guiando a los peregrinos a cruzar la Puerta Santa. Su aplicación fomenta la conversión interior y la confianza en el amor eterno de Dios.
3 Solidaridad: En el Jubileo 2025, la Palabra de Dios impulsa a los cristianos a sembrar esperanza. Esto conlleva y motiva a trabajar por la paz, apoyar a los necesitados y promover la dignidad humana en un mundo en crisis.

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