Es duro constatarlo, pero tiene mucha verdad, pareciera que en la actualidad muchos bautiza- dos se han dedicado a diversas tareas, descuidando a lo mejor la misión. Hoy, más que nunca, es necesario que todos los bautizados tengamos grabados en nuestros corazones las palabras que el Papa Francisco ha venido a recordarnos: “la tarea primordial de la Iglesia es mantener viva la solicitud por el anuncio del Evangelio” (Evangelii Gaudium, 15). Por tanto, “la causa misionera debe ser la primera” (Ibid, 15). Cuando comprendamos estas palabras y nos atrevamos a vivirlas, entonces el Evangelio de Jesucristo podrá llegar a todos los rincones del mundo. Pero para ello primero es necesaria una con- versión pastoral, es decir, que todos nos volvamos misioneros (cf. Ibid, 27), y aunque en muchos ambientes eclesiales ser misionero representa un mayor desafío, no hay que olvidar que es el Espíritu Santo quien impulsa a anunciar aquello que hemos recibido, a Jesucristo. Y es que “la opción misionera es capaz de transformarlo todo” (Ibid, 27), y la misión no se reduce al anuncio de “palabras”, sino de Jesucristo, la “Palabra” del Padre que ha venido a redimir y a mostrarle al hombre todo lo que es y lo que puede llegar a ser. Y tú, te atreves a ser parte de este proyecto misionero del Señor.