TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La figura de María Santísima en la historia de la Iglesia tiene una gran relevancia, especialmente por haber sido la primera en recibir al Espíritu Santo tras el anuncio del ángel Gabriel en la Anunciación.
Esa docilidad y entrega dieron paso a la salvación que su hijo, Jesucristo, nos regaló al morir y resucitar en la cruz. Sin embargo, no todos se dejan abrazar por su amor maternal en la lucha diaria por la salvación.
Reconocimiento
“La devoción y el amor a María Santísima es una gran protección y un arma poderosa contra las asechanzas del demonio”, decía San Juan Bosco, teniendo claro que no estamos solos en el combate diario contra el enemigo que busca apartarnos del camino de Dios.
La tradición de venerar a María Santísima durante el mes de mayo se remonta muchos siglos atrás, durante el Imperio Romano, cuando se celebraban fiestas paganas en honor a diosas de las flores, los frutos y el vino. Fue entonces cuando la Iglesia decidió consagrar este mes a nuestra Madre, desplazando antiguas costumbres que pretendían opacar la fe cristiana católica.
Nadya Girón, predicadora de la Renovación Carismática Católica (RCC), tiene muy claro lo que significa María en la vida del cristiano: “En este mundo nadie puede crecer sin madre; en la fe sucede igual: para poder crecer espiritualmente, todo cristiano necesita de María”. También aseguró que “María es madre y maestra: nos enseña a orar, a predicar, a servir y a amar a Jesús como nadie lo amó en esta tierra”.
Por su parte, Yissell Rodríguez, miembro de la Parroquia Salvador del Mundo, subrayó que “En este mes es importante rezar el Rosario todos los días, ya que más que un hábito, se convierte en una necesidad del alma”. De igual forma agrega que “desde esos pequeños gestos, se puede santificar el hogar, recordando que nuestra Madre comenzó santificando el suyo al servir a su esposo José y a su hijo Jesús. Que cada momento de nuestra vida —al trabajar, cocinar o convivir en familia— sea una oportunidad para santificar el día dando gracias a mamá María”.