Nuestro Escudo Nacional está compuesto por símbolos alusivos a su territorio, historia y la variedad de recursos naturales que posee el país. Este fue modificado por el Decreto Legislativo No. 7 del 16 de febrero de 1,866 bajo el mandato presidencial de José María Medina. El historiador Jesús de las Heras considera que “En este año del bicentenario de Honduras, nuestro escudo es muy colorido y tiene un propósito inicial y es que todos se sientan integrados en él, además, el escudo refleja diferentes pasajes de la historia y de la naturaleza propia de este país”.
En el año de 1866 se le agregó un sol naciente y la siguiente leyenda: República de Honduras, Libre, Soberana e Independiente, 15 de setiembre de 1821. Y fue en 1935, bajo la presidencia de Tiburcio Carias Andino, se definió su imagen que es la que hoy conocemos. Se agregaron las flechas, un terreno bañado por los dos mares, el caribe y el pacífico, tres árboles de roble, pino, las minas, la barra, el barreno, la cuña y el martillo, herramientas de la época minera del país.
A inicios del siglo XIX, se trataba de dar a entender que la base de la economía descansaba en la industria minera” narra el historiador, quien además agrega que “durante el periodo colonial, Honduras fue el país o la provincia en ese momento que produjo metales preciosos a nivel de Centroamérica y eso nos da la pauta del porqué el escudo refleja esa riqueza minera, pero también podemos observar una riqueza de flora y fauna” detalló. Las flechas que observamos simbolizan la presencia indígena al momento de la llegada de los colonizadores, por lo que apreciamos esa base de nuestra etnia. También se destacan los recursos de nuestra minería, los agrícolas y el potencial forestal, así que el Escudo de Honduras reúne todos los aspectos fundamentales que tiene nuestra nación.
Decreto Legislativo
Dionisio de Herrera, decretó la creación de un Escudo Nacional el 3 de octubre de 1825. Este símbolo, junto a los demás de carácter histórico, incorpora elementos que representan la riqueza del país que deben ser objeto de preservación.
