El perdón: un regalo que nace con Jesús

No podemos limitarlo a fechas especiales, porque el amor y la misericordia de Dios son eternos y nos invitan a vivir en esa misma dinámica de perdón constante cada día

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La Navidad no solo es una fecha más en el calendario o una temporada de tradiciones y festividades; la Navidad es el tiempo en el que celebramos el nacimiento de Jesucristo, el Hijo de Dios, que vino para traernos salvación y una esperanza que no defrauda. En esta época, la Iglesia nos llama a reflexionar sobre el amor y la reconciliación, es así que el perdón se nos manifiesta como un acto de amor que sana heridas, une corazones y familias, así lo manifestó el seminarista César Andino, quien además agregó “La Navidad nos permite experimentar la verdadera paz que viene de Dios, y esto debe inscribirse en el corazón del hombre pues el perdón no debe ser limitado como un gesto ocasional o limitado a fechas especiales, el llamado a perdonar y a pedir perdón trasciende la fechas pues este don se debe vivir con un compromiso diario de modo que sea eficaz y sobre todo, que transforme nuestra vida y la de quienes nos rodean”.

Invitación

Cuando la Iglesia nos pide practicar el perdón en algunas fiestas de cada tiempo litúrgico, es una invitación para prepararnos a vivir más intensamente esa celebración. La Hermana Laura Sierra, secretaria de la Comisión Nacional de Pastoral, nos dijo que “La reconciliación debe ser constante a lo largo del año”, y es que precisamente cuando pedimos perdón en el sacramento de la Eucaristía, es una manera de reconciliarnos con Dios y con nuestros hermanos. Perdonar significa liberar nuestro corazón del peso del rencor y abrir espacio para el amor y la esperanza, por eso, en esta Navidad y todos los días de nuestra vida, el perdón debe ser el regalo que debemos dar y recibir para vivir como verdaderos hijos de Dios en el amor y en la paz que viene de Él.

Regalo

La Navidad nos recuerda el inmenso amor de Dios, que en el nacimiento de Jesús se hace uno con nosotros para darnos fuerza y esperanza. Su llegada al mundo no solo ilumina nuestra vida, sino que también nos capacita para enfrentar los mayores desafíos del corazón, como perdonar lo que parece imperdonable: un abandono, una infidelidad, un abuso, una estafa, un robo o incluso un asesinato.

La catequista Julia Drechsel de la Parroquia Medalla Milagrosa, reconoce que el dolor y las heridas profundas que cargamos a menudo nos superan, y humanamente puede parecer imposible perdonar “El nacimiento de Jesús nos da la fortaleza necesaria, Él, quien tomó nuestra humanidad sin pecado, nos enseña que el perdón no es un acto que hacemos solos, sino una respuesta al amor de Dios”. Es importante reflexionar que el perdón, aunque adquiere un significado especial en este tiempo de Navidad, debe ser siempre un acto constante en nuestra vida.

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