El Papa Francisco se reunió con los artistas de la Bienal de Arte de Venecia en la Iglesia de la Magdalena, la capilla de la cárcel de la isla de la Giudecca. “Junto a ustedes me siento en casa. El arte desobedece las formas de violencia y discriminación para incluir y abrazar a todos, empezando por los últimos”. El Pontífice destacó “el riesgo de que el mercado robe la inocencia” y manifestó su esperanza de que el arte contribuya a valorizar la contribución de las mujeres
Al encontrarse con los jóvenes les recordó los verbos levantarse e ir; Levantarse para decir “¡Aquí estoy!” al Señor, que cree en nosotros. Levantarse para acoger el don que somos, para reconocer, antes que nada, que somos preciosos e insustituibles.
A la hora del Regina Caeli, al final de la misa en la plaza de San Marcos de Venecia, Francisco hizo un llamamiento por Haití: que la comunidad internacional apoye el trabajo del nuevo consejo presidencial. Después, su oración por la martirizada Ucrania, Palestina, Israel, los Rohingyá y las numerosas poblaciones en guerra.