Este viernes, el Papa Francisco se convirtió en el primer jefe de la Iglesia Católica en participar en la cumbre del G7, donde abordó el tema de la inteligencia artificial (IA) y ética de los algoritmos, conocidos como “algor-ética”.
El G7, que reúne a las siete democracias más ricas del mundo (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido), y el objetivo de la presencia del Sumo Pontífice, es para compartir la visión del Vaticano sobre los desafíos y oportunidades que presenta la IA.
“En un drama como el de los conflictos armados, es urgente replantearse el desarrollo y la utilización de dispositivos como las llamadas ‘armas autónomas letales’ para prohibir su uso, empezando desde ya por un compromiso efectivo y concreto para introducir un control humano cada vez mayor y significativo.”
Durante su participación, el Papa Francisco tiene previstas diez reuniones bilaterales con líderes de diversas naciones, incluyendo Estados Unidos, Brasil, India, Ucrania y Turquía. Estas reuniones subrayan la importancia del diálogo global sobre la regulación y el uso ético de la inteligencia artificial.
El Vaticano ha mostrado un interés creciente en los desarrollos tecnológicos y su impacto en la humanidad. Para ello, se ha rodeado de expertos en IA, destacando entre ellos Demis Hassabis, director de Google DeepMind y pionero en el campo. Esta colaboración refleja el compromiso de la Santa Sede con el estudio y la promoción de una tecnología que respete la dignidad humana y los valores éticos.
La participación del Papa Francisco en la cumbre del G7 subraya la relevancia de la ética en el desarrollo tecnológico y su influencia en la sociedad global, marcando un hito en la historia de la diplomacia vaticana.