Hoy la Iglesia celebra la fiesta del Bautismo del Señor y, tras la pausa del año pasado, debido a la pandemia, el Papa Francisco retoma la costumbre de impartir, en este domingo, el bautismo y en esta ocasión fueron 16 niños y niñas que llenaron de llantos la Capilla Sixtina, los cuales son los hijos de empleados del Vaticano.
En el mensaje el Santo Padre detalló, que hoy que se conmemora el Bautismo del Señor, hay un himno litúrgico muy bello, que dice que el pueblo de Israel fue al Jordán con los pies descalzos y el alma desnuda, es decir, un alma que quería ser bañada por Dios, que no tenía riquezas, que necesitaba a Dios.
“Estos niños vienen hoy aquí con los pies descalzos y el alma desnuda para recibir la justificación de Dios, la fuerza de Jesús, la fuerza para seguir adelante en la vida, para recibir la identidad cristiana. Sus hijos recibirán hoy su identidad cristiana. Y vosotros, padres y padrinos, debéis custodiar esta identidad. Este es su trabajo a lo largo de su vida: custodiar la identidad cristiana de sus hijos. Es un trabajo de todos los días, hacerlos crecer con la luz que recibirán hoy”
Ceremonia
Al momento de la ceremonia que estuvo llena de varios signos, el Papa, expresó, que era un poco larga y que los niños se sentían extraños pero que son los protagonistas de la ceremonia. “Procuren que no tengan mucho calor, libérenlos de cosas, háganlos sentir cómodos, y si tienen hambre, aliméntenlos tranquilamente aquí, frente al Señor. No hay problema.
Y si gritan, que griten, porque tienen un espíritu de comunidad, podemos decir un “espíritu de banda”, un espíritu de estar juntos, y basta con que uno empiece para que todos se vuelvan musicales y la orquesta surja inmediatamente. Dejad que lloren tranquilamente, que se sientan libres, pero que no sientan demasiado calor, y si tienen hambre, que no la tengan.
Al final de la celebración, el Papa Francisco se detuvo a saludar a cada una de las familias presentes y a dar otra caricia cariñosa a sus pequeños.