CIUDAD DEL VATICANO, ROMA.- El cardenal Gregorio Rosa Chávez, primer purpurado en la historia de El Salvador, continúa siendo una figura influyente dentro de la Iglesia católica, a pesar de haber cumplido ya los 82 años. Nacido el 3 de septiembre de 1942 en Sociedad, Morazán, fue ordenado sacerdote en 1970 y nombrado obispo auxiliar de San Salvador en 1982, cargo que desempeñó durante cuatro décadas.
En junio de 2017, el papa Francisco lo elevó al cardenalato, reconociendo su larga trayectoria pastoral y su compromiso con los más pobres, así como su cercanía con San Óscar Romero, de quien fue colaborador cercano. Con este nombramiento, Rosa Chávez se convirtió en el primer cardenal salvadoreño y uno de los pocos obispos auxiliares del mundo en ser elevado a esa dignidad sin haber sido obispo titular de una diócesis.
Actualmente, Rosa Chávez está retirado de sus funciones como obispo auxiliar, tras haber presentado su renuncia al cumplir 80 años, tal como lo establece el Derecho Canónico. Aunque ya no puede participar como elector en un eventual cónclave, sigue siendo una figura escuchada en temas de paz, justicia y reconciliación en El Salvador y en la región centroamericana.
Aquí un fragmento de una entrevista que le realizó Vatican News.
¿Qué legado siente que le dejó el Papa a El Salvador?
Ama tanto a El Salvador el Papa Francisco, que todo lo que hizo y lo que dijo lo vemos como un tesoro que tenemos que cuidar con tanto cariño y tanto cuidado.
¿Qué recuerdo tiene del Papa Francisco?
Está claro que él vio en Romero su utopía como pastor, y como alguien que ya está muerto, darle ese homenaje lo dejó claro tantas veces. La gente que me conoce sabe que ese fue su homenaje a Romero al pensar en mi persona.
¿Una anécdota, cardenal, con el Papa?
La más simpática fue en Santa Marta. Un amigo mío me invitó a cenar, y vi que me puso una trampa. Buscó una mesa —el Papa a veces baja a cenar— y me dice: “ya bajó”. Luego, me llama el secretario: “el Papa quiere saludarlo”. Entonces me dijo: “¿No te dio un infarto cuando te dieron la noticia?”, y razón tenía, porque era algo que jamás podría esperar en mi vida. Quedé tan marcado con ese detalle de ternura en mi vida y también con la alegría de él; su decisión fue muy saludable para mucha gente, no solo para los que lo conocen. Tiene un buen humor y una capacidad de empatía impresionante.