El futuro del clima mundial depende también del voto en los Estados Unidos

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En el último cara a cara televisivo del 22 de octubre, los dos candidatos a la Casa Blanca confirmaron sus posiciones sobre la crisis climática. En más de 10 minutos de debate,  Joe Biden destacó que el cambio climático es “una amenaza existencial para la humanidad” y que “tenemos la obligación moral de abordarlo”.

El 4 de noviembre los Estados Unidos se retiraron oficialmente del Acuerdo de París sobre la reducción de las emisiones de CO2 y la limitación del aumento de las temperaturas de la Tierra.

Pero si Biden se convierte en presidente, ya ha prometido que volverá a entrar en el Acuerdo aprobado por Obama y por los representantes de otras 195 naciones el 13 de diciembre de 2015, hasta hoy no aplicado.

El debate de Trump – Biden sobre la crisis climática mundial

El candidato republicano está convencido de que el acuerdo, aprobado en París por los delegados de 196 países el 13 de diciembre de 2015, sería el resultado de un complot internacional para perjudicar a los EE.UU., a favor de China.

Biden reiteró que el primer día después de su posible elección, los Estados Unidos estarán incluidos en el Acuerdo de París sobre la reducción de las emisiones de CO2 y la limitación del aumento de las temperaturas de la Tierra.

El demócrata Biden reiteró entonces su compromiso de alejar la economía estadounidense de la explotación petrolera en favor de energías renovables, que según el ex vicepresidente de Obama crearía millones de puestos de trabajo.

Para Trump, sin embargo, este plan causaría un enorme daño a la economía americana, particularmente en los estados productores de petróleo como Texas y Oklahoma. En cuanto a París, el presidente saliente reiteró su convicción de la necesidad de retroceder en el empeño, considerado demasiado costoso. “No sacrificaré decenas de millones de empleos”, dijo.

El Acuerdo de París para la reducción de las emisiones de CO2

Trump siempre se ha declarado contrario a este objetivo, considerado perjudicial para la economía americana, y ha intentado renegociarlo sin éxito. En 2017, de hecho, se declaró que el tratado firmado no podía ser cambiado. Por eso los Estados Unidos se han retirado del acuerdo, y el adiós se hizo efectivo el 4 de noviembre. Una reelección de Trump confirmaría la salida de los Estados Unidos del tratado.

Estados Unidos ocupa el segundo lugar de las emisiones mundiales

No son sólo las emisiones de gases de efecto invernadero, cuestión fundamental, las que están en consideración, dado que los Estados Unidos ocupan el segundo lugar después de China en la emisión de gases que alteran el clima, sino que también se perdería el apoyo financiero garantizado por la entonces Secretaria de Estado, Hillary Clinton, a los países más necesitados para la transición a la energía limpia. Varios observadores han señalado que este escenario también causaría graves daños a la economía de los Estados Unidos y al liderazgo mundial de Washington en diversos asuntos diplomáticos.

Francisco: se necesita un “compromiso conjunto” de todos los países

Porque hasta ahora también muchos otros Estados signatarios no han hecho todo lo posible por mantener los compromisos asumidos en París, como confirma Tomás Insua, director ejecutivo y cofundador del Movimiento Católico Mundial por el Clima (GCCM).

El Santo Padre había temido este riesgo, en el Ángelus del mismo 13 de diciembre de 2015, calificando el acuerdo “histórico”, pero subrayando que su aplicación “requerirá un compromiso conjunto y una generosa dedicación por parte de cada uno”.

Pidiendo que se preste especial atención a las poblaciones más vulnerables, el Papa en la Encíclica Laudato si’ instó a toda la comunidad internacional a continuar con empeño el camino emprendido, en señal de una solidaridad cada vez más activa. Una petición de pasar de las palabras a los hechos, que aún espera ser plenamente acogida por los países firmantes, como señala Tomás Insua.

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