El escapulario: más que una devoción, un compromiso con María

Existen otros escapularios de otros colores, cada uno tiene algún significado, pero portarlo adquiere también una responsabilidad

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La tradición carmelita enseña que la Virgen del Carmen ofrece a quienes porten el escapulario con fe, el don de la salvación eterna y el privilegio sabatino, que consiste en ser llevados al cielo el primer sábado después de morir.

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El escapulario carmelita tiene su origen en una aparición de la Virgen María a San Simón Stock en el año 1251, entregándole esta prenda como símbolo de protección y amor. Desde entonces, ha sido considerado un sacramental de gran valor espiritual, especialmente por quienes se consagran a la Virgen del Carmen.

La Madre Cruz Idalia Pérez, religiosa Carmelita Misionera de Santa Teresa, explica que “el escapulario es una señal externa de confianza filial y amor a María. También implica un compromiso personal de vivir a su ejemplo”. Tradicionalmente, el escapulario carmelita es de color marrón, con bordados que incluyen el escudo carmelita y la imagen de la Virgen. Sin embargo, la Iglesia ha aprobado hasta 18 variantes, cada una con una devoción particular.

Es importante aclarar que no se trata de un objeto mágico, sino de un signo profundo de fe y entrega a Dios por medio de María. El escapulario verde está vinculado a la conversión de los pecadores y es promovido por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl; el rojo se asocia al Sagrado Corazón de Jesús y la Pasión de Cristo; el blanco está ligado a la Trinidad y a la pureza, usado en la devoción a la Virgen de las Nieves; mientras que el escapulario azul se relaciona con la Inmaculada Concepción.

El escapulario es un sacramental, es decir, un signo sagrado que, según el Concilio Vaticano II, representa efectos espirituales obtenidos por intercesión de la Iglesia (SC 60).

La tradición carmelita enseña que la Virgen del Carmen ofrece a quienes porten el escapulario con fe, el don de la salvación eterna y el privilegio sabatino, que consiste en ser llevados al cielo el primer sábado después de morir.

La primera vez que se recibe el escapulario, debe ser impuesto por un sacerdote. El momento ideal para hacerlo es el 16 de julio, día en que la Iglesia celebra la fiesta de la Virgen del Carmen.

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