El domingo de ramos, es el primer día de la semana santa y el sexto domingo de cuaresma, es una celebración religiosa, que en la mayoría de los cristianos recuerdan la entrada de Jesús de Nazareth a Jerusalén, antes de ser traicionado y crucificado.
Según la Biblia, los habitantes de la ciudad se reunieron para dar la bienvenida a Jesús y aclamarle con ramas de palma y otros arboles nativos reconociéndolo como Hijo de Dios, cantando parte del Salmo 118: 25-26 ¨ 25 Señor, te ruego, ¡danos la salvación! Señor, te ruego, ¡concédenos la victoria! 26 bendito el que viene en el nombre del Señor. Desde la casa del Señor los bendecimos. ¨
También en las escrituras sagradas podemos leer este pasaje de la biblia Salmos 118: 27 – 29 ¨ 27 El Señor es Dios y nos ilumina. Con ramas en las manos, únanse a la procesión festiva hasta los cuernos del altar. 28 tú eres mi Dios, por eso te doy gracias; tú eres mi Dios, por eso te exalto. 29 den gracias al Señor porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre. ¨ Recordando que Jesús nos amó y murió por nuestros pecados en la cruz.
En conformidad con la “Carta Circular sobre la preparación y celebración de las fiestas pascuales” emitida por el Vaticano en 1988, el Domingo de Ramos encierra tanto la promesa del triunfo real de Cristo como la proclamación de su Pasión. Esta relación entre los aspectos triunfales y penitenciales del misterio pascual debe ser resaltada tanto en la liturgia como en la catequesis de este día.
De acuerdo con la tradición cristiana, los ramos de palma simbolizan la renovación de la fe en Dios y la victoria sobre la muerte que Jesucristo representa. La bendición de las palmas precede a la procesión, marcando el inicio de las celebraciones del Domingo de Ramos.
