“El diagnóstico de cáncer de mama no es sentencia de muerte”

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 “¡Usted tiene cáncer de mama!” A l oír esto, muchas mujeres se llenan de incertidumbre, miedo y lo toman como una sentencia de muerte, sin embargo, doña Leonor Corea, es un ejemplo para las mujeres que, ante un diagnóstico de este tipo, se sienten ya derrotadas sin ni siquiera haber iniciado un proceso de tratamiento. Esta señora de 72 años, tez trigueña, de estatura baja, pero grande en fe, da testimonio que es libre de esta enfermedad desde hace cinco años y aún recuerda como se lo detectaron.

“Yo solo iba a acompañar a una amiga a la Fundación Hondureña contra el Cáncer de Mama (FUNHOCAM) y decidí hacerme yo también la mamografía”. Recuerda también en cómo ese 7 de noviembre de 2015 le cambió la percepción de la vida. “Doña Leonor usted tiene cáncer de mama. Desde allí no esperé más y me sometí con fe al tratamiento. Me hicieron una biopsia, la cual salió positiva” dijo y agregó que en diciembre de ese año ya estaba operada. “Me cortaron una mama y luego seguí perseverando en el tratamiento por cinco años y lo llevé al pie de la letra” dijo, y recomienda a las mujeres que no se depriman y que sean positivas de que van a curarse.

Fe

Esta fue la frase que se grabó en su mente y la acunó en su corazón para vencer el cáncer de mama. Pero hay algo que considera de mucha importancia durante este difícil proceso y es el apoyo familiar. Sus hijas nunca la abandonaron, la acompañaron en cada etapa, aduce esta valiente mujer, quien recomienda que esta enfermedad se vence con disciplina y fe. “Si uno hace estas dos cosas, créanme que el testimonio después ayudará a más mujeres”.

Doña Leonor manifiesta que es una mujer de Iglesia y siempre pensó que no iba a morir, sobre todo, que iba a seguir viviendo para seguir acompañando a sus hijos. “Ahora soy un testimonio vivo y pretendo apoyar a mujeres que van a pasar por este duro proceso. Doy charlas motivadoras y sé que con lo que yo les digo les doy esperanza a quienes piensan que van a morir”, puntualizó. Ella ahora usa una prótesis en su pecho y ha roto este estigma. No se siente menos mujer por eso, al contrario, lleva consigo la valentía por bandera, pero, sobre todo, ella indica que, sometiéndose a un tratamiento a tiempo, con disciplina y con mucha fe, el cáncer será solo una lección aprendida, que servirá de motivación para decenas de mujeres que se rinden sin pelear la batalla.

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