La Audiencia General de hoy se realizó en marco de los actos de homenaje realizados alrededor del mundo como tributo al Papa Emérito Benedicto XVI, quien falleció el pasado 31 de diciembre a los 95 años.
Su Santidad el Papa Francisco, al referirse al Papa Emérito, lo describió como “un gran maestro de catequesis” y expresó que “su pensamiento agudo y educado no era autorreferencial, sino eclesial, porque siempre quiso acompañarnos al encuentro con Jesús”.
Finalizando con el tema del discernimiento en su ciclo de catequesis, el Santo Padre expresa la importancia del acompañamiento espiritual dentro de esta actividad, ya que el juntarnos con una persona que nos guie en el camino de la fe es mucho mejor que hacerlo solos. “Mirarse en el espejo, a solas, no siempre ayuda, porque uno puede fantasear la imagen. En cambio, mirarse al espejo con la ayuda de otro, eso ayuda mucho porque el otro te dice la verdad, cuando es veraz, y así te ayuda”, dijo el Papa.
Dentro del acompañamiento espiritual, debemos abrir nuestro corazón para darnos a conocer y mostrar nuestra fragilidad. Su Santidad expresa que la fragilidad “es nuestro tesoro más preciado” y que hasta Jesús quiso compartir esa facultad humana cuando se hizo hombre y caminó entre nosotros. Este abrirnos y compartir lo que tenemos adentro “se convierte en una experiencia de salvación”.
El Papa Francisco también resalta que el acompañante espiritual no “sustituye al Señor”, sino que nos acompaña y camina de nuestro lado “animándonos a leer lo que se mueve en nuestro corazón, el lugar por excelencia donde habla el Señor”. Asimismo, el Santo Padre nos anima a buscar la vida en comunidad, ya que “no vamos solos al Señor”.
Francisco finalizó la catequesis indicándonos que el discernimiento “es un arte” y “un don de Dios”, el cual siempre debemos pedir al Señor, nunca sintiéndonos expertos en el tema. Asimismo, nos llama a no temer a a la voz del Señor y siempre escucharle, ya que su Palabra “es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino”.
