Cuando ofrecemos sacrificios durante la Cuaresma, y cumplimos con el ayuno y la abstinencia que la Iglesia nos pide, estamos acompañando a Jesús, y esto debe ser causa de felicidad. Lo acompañamos durante los cuarenta días que pasó solo en el desierto, y en su camino a la cruz. El Papa Francisco en su mensaje para la cuaresma del año 2023 nos recordaba que la cuaresma es un tiempo propicio para renovar nuestro amor por Dios y por el prójimo y este amor se manifiesta en tiempos concretos de sacrificio que no son solo un acto de privación si no dé respuesta a la invitación de Cristo a poder amar con obras.
El Padre Jony Murillo, Administrador Parroquial de la comunidad San José de la Montaña en Tegucigalpa, hace el siguiente llamado durante este tiempo de Cuaresma: “En este tiempo de cuaresma somos llamados a comprender que el verdadero significado del sacrificio no se trata simplemente de privarnos de algo material como un acto de renuncia vacío, si no de ofrecer algo genuino y transformador por una causa mayor, pero, ¿Cuál es esa causa? La reconciliación con Dios y con los demás. El sacrificio verdadero es aquel que nace desde el corazón como un gesto de amor y generosidad”.
1 Disposición
Alegre, porque realmente si interiormente lo que yo estoy viviendo, pero debe reflejarse la alegría precisamente de mi exterior, que me hace entender que lo que estoy ofreciendo es para agradar y para servir al señor.
2 Control
Evitar o alejarse de aquellas situaciones que nos roben la gracia de ese día que estamos realizando el ayuno, es decir, aparte de cerrar la boca para no comer, también para no discutir. Para no contestar o para no responder a los demás.
3 Ofrecimiento
Los tiempos de comida, sería un ayuno también más agradable al señor, que me ayudaría a mí primero en refrendar mis pasiones, pero me da la oportunidad de ver la caridad en favor de alguien que lo necesita.
