En la víspera de la celebración de la Navidad, los obispos de Honduras emitieron el 22 de diciembre 2022, su mensaje a los fieles católicos y a las personas de buena voluntad, el cual inicia con una frase que encontramos en Isaías 9,1 “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz” y que hace referencia a una de las profecías más emotivas de Isaías y cuya lectura la escuchamos en la Liturgia de la Noche de Navidad cuando el espíritu de las tinieblas cubre el mundo y se celebra la renovación del acontecimiento que siempre asombra y sorprende: el nacimiento del niñito Jesús.
“Ante tal Misterio, los pobres, los humildes, los que buscan y esperan un mundo mejor, se admiran y se alegran, porque ha brillado para ellos la esperanza y “se ha manifestado la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres”, (Tito 3, 4). ¡Esta es la buena noticia que se actualiza en Navidad!” nos dicen.
El año 2022 ha concluido e inician 365 días de nuevas oportunidades reunidas en un nuevo año; en nuestros oídos aún resuenan las frases de ¡Feliz año nuevo 2023!, sin embargo, ha llegado el momento de hacer un balance, de revisar las metas y los resultados que se han alcanzado tanto en el plano personal, como comunitario. De ahí, que los obispos escriben a los fieles y reconocen que “En el contexto actual, después de lo vivido con la pandemia, y en un ambiente previo a la Navidad, se aprecia en la población hondureña el crecimiento de un clima de reactivación de las relaciones interpersonales, familiares, económicas, laborales y culturales”.
Pero, ponen el énfasis en la delicada situación que vive “el mundo del quehacer político en donde se elevan las tensiones por motivo de la discusión del presupuesto del Estado, de los conflictos no resueltos en salud, educación, transporte, seguridad ciudadana y en todo aquello que el pueblo espera ver solucionado cuanto antes”. La certeza de que en el año 2022 las metas se quedaron a medias o simplemente no se cumplieron obliga a los obispos a destacar que Honduras necesita resultados positivos y no “premios ni dádivas populistas. Quiere justicia que garantice sus derechos, como lo es la instalación de la Comisión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (CICIH), que venga a responder al reclamo de una lucha seria y frontal contra la corrupción y la impunidad.
Quiere que la migración sea el ejercicio de un derecho humano, sin riesgo de perder la vida, que fue lo que obligó a José y a María a dejar su patria, para proteger la vida de Jesús”. Es normal que las situaciones negativas tiendan a paralizar las nuevas iniciativas y que impidan soñar o creer en un futuro distinto, por esa razón el mensaje de los purpurados de Honduras, nos invitan a que como hermanos ”sepamos regalarnos mutuamente la paz, la reconciliación, la ternura, la alegría, que puedan dar, como fruto, un año 2023 lleno de buena voluntad, que es lo que los ángeles deseaban a la humanidad cuando anunciaban a los pastores el Nacimiento de Jesús, el Dios con nosotros, el Emmanuel”.