Editorial: Nuestra voz | ¡La vacunación y la responsabilidad ciudadana!

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Un “Vacunatón” fue organizado por la Secretaría de Salud con la cooperación técnica y financiera de la OPS/OMS en Honduras, apoyado por todas las organizaciones que conforman el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (SINAGER), para con este evento masivo de dos días, acelerar el despliegue de las vacunas contra el COVID-19 en la capital y en los municipios del departamento de Francisco Morazán, según se lee en la página oficial de la Organización Panamericana de la Salud-OPS Honduras. ¡Cada vacuna aplicada es una vida salvada!

Pues las vacunas activan las defensas naturales del organismo para que aprenda a resistir a infecciones específicas y fortalecen el sistema inmunitario, de tal modo que de una forma simple, eficaz e inofensiva se puede proteger contra enfermedades que hacen mucho daño al ser humano hasta llevarlo a la muerte.

Siempre ha habido mitos y leyendas sobre su seguridad, eficacia y aplicación, tal es así que a medida que los programas de vacunación contra el coronavirus se lanzan en todo el mundo, aparecen nuevos mitos sobre la vacuna contra COVID-19 que son escandalosamente falsos y que se propagan fácilmente en las redes sociales mediante cadenas de WhatsApp, posteos, memes, videos y hashtags con aviesas intenciones que van desde el interés político en un año electoral, intereses económicos de quien propaga la mentira en Facebook, YouTube o cualquier otra plataforma hasta argumentos religiosos o éticos, como el que las vacunas se producen con células de fetos abortados, algo que ya ha sido refutado por científicos católicos o el argumento de “Tu fe te baste” mediante el cual se apela a la fe primitiva de las comunidades y se les convence que no es necesario vacunarse porque la fe en Dios les protege y es suficiente. Por esa razón es importante que seamos sensatos y no nos dejemos engañar por esta gente que publica en las redes sin evidencias o con información falsa, sesgada o descontextualizada, nuestro aporte acercándonos a los centros de vacunación es importante para bloquear la propagación del virus y alcanzar la inmunidad colectiva.

Cada ciudadano hoy, ante la pandemia sanitaria en la que nos encontramos, debe abandonar la actitud infantil e inmadura que siempre justifica sus malas acciones, se muestra indiferente y es egocentrista: solo piensa en su bienestar y no le importa la de los demás aprendiendo a lucha por no dejarse llevar por los instintos, las tendencias, las influencias externas, las presiones del ambiente y la cultura del placer. La pandemia nos da la oportunidad de revitalizar nuestro sentido de hondureñidad, nos vuelve a situar en el seno de una familia, pero al mismo tiempo no nos debe dejar indiferentes a los demás.

El sentido de cuidarnos para cuidar, debe ser la nueva forma de integrarnos de manera dinámica a la comunidad: Si yo me transformo, si tú te transformas, ya somos dos granitos de arena transformados en este mundo y en ti y en mí, el mundo ya no es el mismo. Es tiempo de obedecer el llamado que hace el Papa Francisco de abandonar la indiferencia y globalizar la fraternidad o amor social, atendiendo al llamado de ser responsables ante esta gigantesca pandemia que nos azota. ¡Seamos responsables y vacunémonos!

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