Para todos los hondureños es bien sabido que septiembre es conocido como el Mes de la Patria y al hablar de esto, es importante hablar de lo que significa el patriotismo, entendido como el valor que busca cultivar el respeto y amor que se le debe a la Patria, que hace vivir en plenitud el compromiso como ciudadanos mediante el trabajo honesto y la contribución personal al bienestar común.
El patriotismo se manifiesta por los valores que se transmiten, como ciudadanos conscientes en la vida diaria, a través del trabajo honesto, la conducta recta, las buenas costumbres, los modales, el respeto a las normas y la ley, pero es claro suponer que de poco sirve tener una actitud recta cuando se permite el engaño, la corrupción, el abuso y la dejadez.
En el fomento de los valores patrios son los papás quienes deben transmitir a los niños y jóvenes, que Honduras no solo es el lugar en el que nacieron, sino que la Patria es algo más que una palabra; por eso, es importante que los adultos contribuyan a cultivar el conocimiento de sus raíces, porque eso permite el encuentro entre personas diferentes pero iguales en el origen. Saber los antecedentes culturales y de dónde se viene, ayuda a desarrollar un fuerte sentido de pertenencia y a establecer una identidad esencial única y auténtica que va más allá de un documento de identidad nacional que los acredita como hondureños.
Es común que los niños hondureños de tres años en adelante conozcan más sobre los programas de televisión y los juegos de video, que del hermosísimo escudo, que ha sido cercenado por las autoridades del gobierno en turno, sin que nadie haya manifestado su preocupación; de la bandera: azul, blanco, azul con sus 5 estrellas como muestra del espíritu de unidad centroamericana que anima al pueblo de Honduras; de la flor nacional: orquídea rhyncolaelia digbyana (no brassavola digbyana); del árbol nacional: el pino ocarpa; del ave nacional: Ara Macao ( guacamaya roja) sin mencionar el aporte de hombres y mujeres al arte, los deportes, las ciencias, a la libertad etc.
El niño en sus primeros años tiene una mente absorbente, son como esponjas y aprenden de su entorno, todo se le queda grabado, así es que los papás y adultos de su alrededor tienen una oportunidad única de aprovechar este potencial y hacer de ellos hondureños de bien, amantes de su tierra y orgullosos de haber nacido en este lugar, no tiene sentido que desperdiciemos unos años tan valiosos, este mes de septiembre es un buen momento, no hay que dejarlo pasar, hay que explicarles por qué a Honduras se la debe de querer y respetar.
Por otro lado, a los niños y jóvenes, en el hogar se les debe de enseñar que el amor a la Patria no es un sentimiento ciego ni irreflexivo que elimina la crítica, un verdadero patriota puede quejarse de su país, observar sus errores y deficiencias, pero al mismo tiempo afrontar con decisión y valentía, cuando sea necesario, indicando el remedio para los males que señala aun a costa de sus intereses y de su vida si fuera necesario.