Editorial |Nuestra voz |El deseo de paz es el saludo de Jesús Resucitado

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Las primeras palabras que Jesús Resucitado dirige a sus discípulos son “La paz esté con ustedes”, este es el saludo habitual entre los judíos, pero en labios de Jesús, la expresión adquiere un significado más profundo; pues Él es el portador de la Paz, más aún como dice San Pablo en Efesios 2,14 “Él es nuestra paz” porque Él ha llevado a cabo la reconciliación entre los hombres y Dios, al vencer el pecado y la muerte. Sin lugar a dudas que los discípulos tenían una gran necesidad de esta paz, porque estaban en una situación de miedo, preocupación e inquietud.

Pero en un mundo convulso por los conflictos armados, el Papa Francisco antes de dar su bendición de Pascua 2023 expresó que la alegría de la resurrección de Cristo se necesita ahora más que nunca, un momento en que la guerra en Ucrania y en otras partes del mundo hace que la esperanza de paz parezca una ilusión porque al igual que los discípulos, que al principio dudaban de que Jesús había resucitado, “nuestros ojos también están incrédulos en esta Pascua de guerra”. “Hemos visto demasiada sangre, demasiada violencia.

Nuestros corazones también se han llenado de miedo y angustia, ya que muchos de nuestros hermanos y hermanas han tenido que encerrarse para estar a salvo de los bombardeos”, acotó. La victoria de Cristo sobre la muerte “no es una ilusión” y el mundo necesita “del Señor crucificado y resucitado para creer en la victoria del amor y tener esperanza en la reconciliación”. Con gesto serio y dolorido, el Papa Francisco ha lanzado un mensaje pascual de paz ante la guerra de Ucrania y otras graves situaciones en el mundo: “¡La paz es posible, la paz es necesaria, la paz es la principal responsabilidad de todos!”, exhortó.

Además, recalcó “Necesitamos al Crucificado Resucitado para creer en la victoria del amor, para esperar en la reconciliación. Hoy más que nunca lo necesitamos a Él, para que poniéndose en medio de nosotros nos vuelva a decir: ‘¡La paz esté con ustedes!’ ¡Dejemos entrar la paz de Cristo en nuestras vidas, en nuestras casas y en nuestros países!, alentó el Papa Francisco. “Por favor, por favor”, suplicó el Papa, no nos acostumbremos a la guerra, comprometámonos todos a pedir la paz con voz potente, desde los balcones y en las calles.

Que los responsables de las naciones escuchen “el grito de paz de la gente”, clamó desde la sede de Pedro, antes de dar la Bendición ‘Urbi et Orbi’ ante miles de fieles que se congregaron en la plaza de San Pedro, e imploró a Dios “que un nuevo amanecer de esperanza despunte pronto sobre esta terrible noche de sufrimiento y de muerte”, haciendo un pedido a los países en conflicto para “que se dejen de hacer demostraciones de fuerza mientras la gente sufre” y pidió a cada uno de nosotros que nos “¡Dejemos vencer por la paz de Cristo! ¡La paz es posible, la paz es necesaria, la paz es la principal responsabilidad de todos!” pues “toda guerra trae consigo consecuencias que afectan a la humanidad entera”.

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