El 19 de marzo (solemnidad de San José) se cumplió el quinto aniversario de la publicación de la exhortación apostólica del Papa Francisco “Amoris Laetitia” (2016) sobre la belleza y la alegría del amor familiar. Con la motivación de este aniversario, el Santo Padre convocó el año especial dedicado a la familia que concluirá el 26 de junio 2022, en el Décimo Encuentro Mundial de las Familias. Tanto la gran familia humana, como cada una de nuestras familias, somos los instrumentos naturales queridos por Dios, para que las personas cooperemos con su misión creadora.
La voluntad de Dios de contar con la familia en su plan salvador se confirma con el cumplimiento del plan divino: Jesús, nace en Nazaret en el seno de una familia formada por la Santísima Virgen María y con un padre terrenal, San José. De ese modo, el Señor quiso que quedara reflejada la forma en que Él desea ver nacer y crecer a sus hijos: dentro de una familia. En tiempos de pandemia se hace especialmente urgente volver a inculcar el sentido cristiano en el seno de tantos hogares; es por esto que el Pontífice ha recomendado una serie de acciones para que en la familia se pueda experimentar una comunión sincera y se viva profundamente este año Amoris Laetitia: Mantener “afectos profundos y puros”. Hacer prevalecer “el perdón sobre las discordias”. Nunca terminar la jornada sin hacer las paces. Que “la dureza cotidiana del vivir sea suavizada por la ternura mutua y por la serena adhesión a la voluntad de Dios”. De esta manera, ha puntualizado el Papa Francisco, “La familia se abre a la alegría que Dios da a todos aquellos que saben dar con alegría”, pero también “halla la energía espiritual para abrirse al exterior, a los demás, al servicio de sus hermanos, a la colaboración para la construcción de un mundo siempre nuevo y mejor; capaz, por tanto, de ser portadora de estímulos positivos; evangelizadora con el ejemplo de vida”..
Así mismo, ha vuelto a enunciar las tres palabras que siempre tienen que prevalecer en una familia: con permiso, gracias y disculpa (perdón). “Permiso para no ser invasivo en la vida de los demás”, después gracias, gracias por tantas ayudas y servicios que hacemos en la familia, agradecer siempre, pero la gratitud es la sangre del alma noble” y luego “la más difícil de pronunciar: disculpa o perdón”.
Porque como ha dicho el Papa: “siempre hacemos cosas feas y alguien se puede sentir ofendido”. Por esto, surge esta iniciativa del Papa Francisco, que se propone llegar a todas las familias del mundo, en ella se ha puesto de relieve el papel central de la familia cristiana como Iglesia doméstica y la importancia de los lazos comunitarios entre las familias, que hacen de la Iglesia una “familia de familias.” Una familia que descubre y experimenta la alegría de tener un don y ser a su vez, un don para la Iglesia y la sociedad, “puede llegar a ser una luz en la oscuridad del mundo” ¡Y el mundo de hoy necesita esta luz!