Editorial | La inteligencia artificial: un desafío para los católicos durante el Pontificado de León XIV

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La doctrina católica subraya que la Inteligencia Artificial (IA) es una tecnología en sí moralmente neutra, cuyo valor depende del uso humano dado. Como afirma El Vaticano, la IA “como cualquier tecnología, puede orientarse hacia fines positivos o negativos”; en consecuencia, la Iglesia propone un empleo de la IA que preserve y proteja la capacidad de acción humana y potencie la fraternidad, evitando que la tecnología reemplace la sabiduría del corazón humano. La enseñanza social católica pide ética basada en el bien común y la justicia social: la IA debe servir “para promover el desarrollo humano integral” y no empeorar, agravar o recrudecer desigualdades.

Este es el escenario en el que nos encontramos actualmente, en el que la Iglesia juega un papel fundamental y así lo ha asumido. El Papa Francisco, en su encíclica Dilexit nos (24 de octubre de 2024) ya reflexionó sobre la necesidad de preservar la humanidad en la era de la inteligencia artificial y ha demostrado su intención de querer entender esta tecnología y sus implicaciones, tanto presentes como futuras. Así, en la Nota Doctrinal: Antiqua et nova (28 de enero de 2025) el Vaticano profundizó en la relación entre la inteligencia artificial y la inteligencia humana; subrayando que la IA debe complementar, y no reemplazar, la inteligencia humana.

De esta manera, lo ha entendido también nuestro nuevo Papa, Robert Francis Prevost, León XIV, quien ya, desde sus inicios prometió continuar con la cruzada de su predecesor respecto a la Inteligencia Artificial y su impacto en el mundo. Así, en su discurso inaugural del 10 de mayo de 2025, pronunciado ante el Colegio Cardenalicio, el nuevo Pontífice explicó que su nombre rinde homenaje a León XIII, autor de la encíclica Rerum Novarum (1891), que abordó los desafíos sociales de la Primera Revolución Industrial. Hoy, León XIV sitúa a la Iglesia frente a una nueva “Revolución Industrial” impulsada por la IA, una fuerza que, según el Pontífice, redefine la vida humana y plantea profundos desafíos para los católicos en su fe, ética y compromiso social.

León XIV destacó además que, al igual que León XIII respondió a la mecanización del siglo XIX, la Iglesia debe ahora ofrecer su doctrina social para guiar a los fieles ante los dilemas de la IA. “Hoy, la Iglesia debe responder a otra revolución industrial: la de la inteligencia artificial”, afirmó, subrayando la necesidad de proteger la dignidad humana frente a “algoritmos opacos “que, toman decisiones sin contexto y quizá sin contar con la supervisión humana. El nuevo Papa reclama una Iglesia plenamente involucrada en el mundo contemporáneo, fiel al Concilio Vaticano II y al legado de Francisco. En su discurso, pidió a los cardenales, renovar juntos, su compromiso con la vía de la Evangelii Gaudium (2013), la exhortación apostólica que llama a una Iglesia misionera y cercana. Esto debe implicar un diálogo activo con científicos, desarrolladores de tecnología, responsables políticos y comunidades para asegurar que la IA se desarrolle con responsabilidad y al servicio del bien común y en este proceso el compromiso y la guía de la Iglesia Católica es fundamental y necesario.

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