El Cardenal Óscar Andrés Rodríguez en la Eucaristía de este domingo, que se conmemora a la Santísima Trinidad, aseveró que la presencia de Dios “toque nuestros corazones y nos llené de alegría”. Al explicar la Santísima Trinidad, detalló que la Trinidad es la fiesta del misterio de Dios que es amor. Todas nuestras oraciones las comenzamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
El Arzobispo capitalino detalló que “El Dios en quien creemos y se nos ha revelado en Jesús, no es soledad, es un Dios que es amor, que se da, que se relaciona y se unifica, un amor que se da, el Padre al Hijo, que se relaciona precisamente, y que unifica, es un misterio de amor y comunión, que no se reservan absolutamente nada para sí mismas”.
“El Padre es la fuente de todo amor, el hijo es el que se recibe del Padre como amado y el Espíritu Santo es el amor de Dios derramado en nuestros corazones”
“Creer en el misterio de la Santísima Trinidad, es creer también que la comunión y el amor entre los seres humanos es posible, la comunión es el dinamismo que rompe nuestro aislamiento, que vence nuestras tendencias al narcisismo y posibilita el verdadero encuentro entre las personas, es la comunión la que hace posible todo crecimiento auténtico”.
Esta fiesta es todo un programa, crecer en el amor, madurar en el amor, dar frutos de amor, que es precisamente lo que nos dice el Evangelio en el perdón y en la misericordia.
Ante la situación que vive el país, el Cardenal Óscar Andrés Rodríguez afirmó que “Si decimos que somos cristianos, que somos seguidores del maestro, no hay sitio para el odio, para el rencor, la venganza, para ninguno de los pecados, especialmente el pecado del asesinato y de la muerte, que pareciera que aquí en Honduras se olvidó el mandamiento de la ley de Dios que nos dice claramente no matarás, cuando será la semana en que no haya asesinatos en nuestro país. Entonces empezaremos a ser verdaderos cristianos, mientras tanto hay que llevar este mensaje, especialmente a aquellos que no lo han oído”