Cada domingo el Papa Francisco brinda el mensaje en el rezo del Ángelus a toda la humanidad y este día el Santo Padre ha meditado sobre el rechazo que hace Jesús de imputar nuestros males a Dios, que invita a la conversión.
Para comenzar dijo: “Estamos a mitad del camino cuaresmal. Hoy el Evangelio inicialmente presenta a Jesús que comenta algunos sucesos. Cuando aún seguía vivo el recuerdo de dieciocho personas muertas a causa del derrumbamiento de una torre, le cuentan que Pilato había ordenado matar a algunos galileos (cfr. Lc 13,1). Y se plantea una pregunta que parece acompañar estas trágicas noticias: quién tiene la culpa de estos hechos terribles?”
Siguió con estas preguntas: ¿Quizás aquellas personas eran más culpables que otras y Dios las ha castigado? Estos son interrogantes siempre actuales; cuando las noticias negativas nos oprimen y nos sentimos impotentes ante el mal, a menudo se nos ocurre preguntarnos: ¿se trata de un castigo de Dios? ¿Es Él quien envía una guerra o una pandemia para castigarnos por nuestros pecados? ¿Y por qué el Señor no interviene?
Seguidante hizo especial énfasis en lo que plantea el Santo Evangelio para hoy: “Si no se convierten, dice- perecerán todos del mismo modo» (Lc 13,5). Explicó que, “se trata de una invitación apremiante, especialmente en este tiempo de Cuaresma. Acojámosla con el corazón abierto. Convirtámonos del mal, renunciemos a aquel pecado que nos seduce, abrámonos a la lógica del Evangelio: ¡porque donde reinan el amor y la fraternidad, el mal ya no tiene poder!”.
Además de esto, el Papa Francisco meditó sobre la “parábola que ilustra la paciencia que Dios tiene con nosotros”, con la imagen de la higuera que no da fruto “pero cuyo dueño no la corta: le concede más tiempo, le da otra posibilidad”.
Para finalizar, el Papa hizo un llamado especial, en que “¡Dios cree en nosotros! Se fía de nosotros y nos acompaña con paciencia”, así que pidió a los fieles allí presentes en la Plaza San Pedro a ¡No desanimarse! pidió como ya es una costumbre como siempre que no olviden rezar por él.
