Decanatos abarrotan Basílica de Suyapa para honrar a la Madre de Honduras

La Arquidiócesis de Tegucigalpa se puso en “Camino a Suyapa, por una Iglesia sinodal” recordando que ella es refugio de amor y consuelo de los hondureños

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Durante toda la novena, los decanatos de la Arquidiócesis de Tegucigalpa caminaron juntos para llegar a saludar y venerar a Nuestra Señora de Suyapa y pedir por Honduras, quien sigue inmersa en un clima de di- visión y de violencia. Al llegar a los pies de la Reina del país, participaron de la Eucaristía y fueron enviados a ser testigos del amor de Dios.

VISITAS

El primer decanato que visitó la casa maternal de Honduras fue el decanato Inmaculada Concepción. Como todos, peregrinaron desde la Plaza de las Banderas en donde está la imagen de Santa María de Suyapa. Antonio Urbina, de la parroquia Santa María de la Esperanza nos recuerda la unidad que debemos tener como cristianos. “Ella como madre nos acoge y siempre está intercediendo por nosotros, porque todos somos hijos de María. Que- remos pedirle que ruegue porque haya más unidad entre nosotros que nos decimos llamar cristianos”, expresó.

Las parroquias que comprenden el decanato Cristo Rey prosiguieron con la visita a la Morenita. El padre Jony Murillo, párroco de la comunidad San José de la Montaña, con un peculiar slogan, nos brindó una importante enseñanza. “Una Iglesia sin María, no es Iglesia todavía” hizo repetir por algunas ocasiones a toda la población.

AMOR

Los siguientes días, estuvieron concurridos, al tener en casa de María a las parroquias del sur de Fran- cisco Morazán, a las parroquias de los decanatos San Pedro Apóstol y San Miguel Arcángel. Raymunda Pérez, feligrés Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria salió de su lugar en Curaren a las tres de la mañana y al llegar a los pies de María, en medio de lágrimas, contó como la Virgen protegió a su hija en la ruta migratoria hacia Estados Unidos. “Vengo a agradecerle por mi hija, que viajó de moja- da. Ella la protegió y logró llegar, hizo muchos milagros y estoy agradecida con la Virgencita porque me cumplió”, dijo. Al pasar los días, la cantidad de feligreses aumentó, al tener presencia de las parroquias del norte de Francisco Morazán, del decanato San Juan María Vianney y los de casa, el decanato Nuestra Señora de Suyapa.

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