En muchas ocasiones, hemos escuchado la expresión evangélica que nos invita a “ver primero la viga en el ojo, antes de ver la paja en el del herma- no”, teniendo en cuenta que, versículos previos a este texto, Jesús afirma que “No juzguen para que no sean juzgados”.
Corrección
Jesús nos insiste en que no hay que juzgar, pero ¿Cómo hacer para corregir a quien obra mal? El mismo Jesús nos enseña que, el camino es la corrección fraterna. Sobre esto, el presbítero Alexander Díaz, encargado de la parroquia Santísima Trinidad, afirma que la corrección fraterna es la enseñanza que nos dejó el mismo Jesús para crecer en la verdad, fomentar la comunión y continuar la misión. Todos debemos caminar para el mismo lado: hacia el amor a ejemplo de Jesús, bajo la acción del Espíritu Santo. “Quien corrige debe tener claro por qué lo hace. La corrección fraterna me lleva a mostrarle a otro que lo aprecio, que estoy interesado por él y su crecimiento. Por lo tanto, no solo se corrige una vez, sino que se acompaña en el proceso. No obstante, se debe evitar la tentación de corregir con la intención de quedar bien o ponerme por encima de los demás”, afirmó.
Importancia
Antes de corregir a nuestros hermanos, debemos estar muy atentos para no faltar o equivocarnos en aquello mismo que corregimos a los de- más, ya que el que corrige, debe hacerlo primero con el propio testimonio de vida y ejemplo de virtud y después también podrá hacerlo con la palabra y el consejo. Algo importante es que, al corregir, hemos de ser muy benévolos y respetuosos con las personas, sin humillarlas ni abochornarlas jamás y mucho menos en público. Ana Lucía Valle, animadora de la Pastoral Juvenil de la parroquia Cristo Resucitado, considera que la corrección fraterna debe ser tomada como lo que es, una ayuda en el camino hacia la santidad. “A veces es difícil que nosotros veamos nuestras faltas, ya sea por arrogancia o por ignorancia, es por ello por lo que, la corrección fraterna junto con la oración y el buen ejemplo son necesarios para ayudarnos a crecer a nivel espiritual”, dijo. La corrección fraterna cristiana nace de la caridad y del amor genuino, ya que este es el motivo que me impulsa a corregir a mi hermano, detalló Valle.
Oración
Santos Hernández, integrante de la Renovación Católica de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, recuerda que Jesús en el Evangelio de San Mateo, en el capítulo 18 nos enseña la corrección fraterna. “Muy pocos hermanos aceptan la corrección fraterna, y viene a ser una debilidad en la oración, porque cuando oramos, si un hermano nos corrige es por amor, debemos de corregir con amor, según lo que nos enseña las Sagradas Escrituras, llamar al hermano, orar con él y decirle en lo que está fallando y si el hermano acepta, se va a corregir”, expuso.
Para Hernández, es duro tener que hacer esto y muchos están obviando lo que es la corrección y, “pareciese que, estamos acomodando al pecado, al hermano para que siga pecando y no pasa nada según nuestro criterio, pero si pasa, porque la Palabra de Dios si nos enseña esta corrección. Muchos hermanos van a la Iglesia y nadie les dice nada, esto a nivel de todo grupo, movimiento, a nivel jerárquico, por eso, considero que, es necesario realizarla, sin señalar, nos corregimos y avanzamos, rectificamos”, afirmó.
La corrección fraterna en las escrituras
San Mateo, 18, 15-20: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano. Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo. Os aseguro, además, que, si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Que dicen los santos sobre la corrección fraterna
La corrección fraterna no brota de la irritación ante una ofensa recibida, ni de la soberbia o de la vanidad heridas ante las faltas ajenas. Sólo el amor puede ser el genuino motivo de la corrección al prójimo. San Josemaría Escrivá sobre la corrección fraterna enseña que, “es una prueba de sobrenatural cariño y de confianza. Agradécela cuando la recibas, y no dejes de practicarla con quienes convives”.