“El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo. No se alegra de lo injusto, sino que se goza en la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo”. Esta premisa la meditamos en la carta a los Corintios y es meritorio que, iniciando el Mes del Matrimonio y la Familia, fortalezcamos los lazos de este núcleo de la sociedad.
Y es que sabemos que la familia sufre muchos ataques en la actualidad, pero se debe de establecer bases sólidas para que a pesar de lo que se pueda vivir se mantenga este tesoro. Para el director de la Pastoral Familiar Arquidiocesana, Rafael Amaro García, uno de los pilares para establecer un matrimonio solido es la sinceridad, el respeto mutuo, ser responsable al interior de nuestras actividades dentro del hogar y fuera de él.
Su esposa Martha Ondina Hernández, opina que lo principal es fundamentar el hogar en la Palabra de Dios. “El matrimonio es un aprendizaje, pasa por ponernos de acuerdo, en las cuales tenemos diferencias, es más fácil sobrellevar las situaciones de la familia, debemos tener un espíritu de perseverancia y de fe que nos permita seguir avanzando pese a las adversidades”, dijo. Eusebio López, miembro del Movimiento Familiar Cristiano (MFC), asegura que lo primero que se debe de establecer es un acto de conciencia y de compromiso, que haya un diálogo abierto, profundo y sincero, que exista una confianza mutua entre los conyugues y algo que no debe de faltar, es que este matrimonio sea fundamentado en la base de Dios.
Por su parte, el asesor familiar Roger Martínez, es del criterio que en un matrimonio debe haber claridad del porqué y para qué se casaron “Saber que existe el compromiso de ‘hasta que la muerte nos separe’. Aunque sepamos que en el camino habrá dificultades, turbulencias, enfermedades y cruces, se debe de mantener la vista fija en la meta, también hay que tener claro que uno está casado con una persona que tiene defectos”. Martínez agrega que es importante tener presente que se pueden enfrentar dificultades económicas, pérdidas afectivas y materiales. El experto aconseja que se debe de evitar cosas que afectan el matrimonio como el exceso de trabajo, la falta de dedicación del tiempo entre esposos y el no cumplimiento de padre y madre. “Huir de las adicciones es una cosa clave que se debe erradicar”, puntualizó.
Responsabilidad
El matrimonio es considerado como una institución en la que ambas partes mantienen un compromiso personal y mutuo. La relación de pareja, permite tener una estabilidad emocional definida, así como les brinda un buen soporte frente a diversas dificultades que se podrían presentar en la vida diaria.
Para construir un matrimonio estable, seguro y saludable los expertos en temas de familia coinciden en que se deben establecer estas claves: Comunicación, esta es la norma a seguir; los detalles son importantes, porque la rutina es el peor asesino del matrimonio; la amistad, significa pasar tiempos juntos a solas; El compromiso es importante, porque se luchará mucho para sacar adelante al matrimonio; El respeto debe siempre existir como un pacto de no agresión, es decir, cero insultos; la madurez, sirve para reconocer nuestros errores sin victimizarnos, incluso para pedir perdón cuando sea necesario.
Ser una sola carne es lo más importante en un matrimonio. Cuando somos uno amamos sin condiciones, cuidamos hasta la muerte, nutrimos, y amamos como a nosotros mismos. Establecemos límites sanos para nuestra pareja y nos damos por completo en todos los aspectos. Es importante “amar a nuestro prójimo”, pero esto comienza en nuestro hogar con nuestra pareja, amándonos y aceptándonos hasta que la muerte nos separe.
