En medio de una crisis que vivimos como país por los efectos de la violencia, la falta de empleo y otros problemas que parecieran no terminar, abandonarse al Señor y confiar en su misericordia es una de las peticiones que se puede hacer al Sagrado Corazón de Jesús.
Esperanza
El padre Miguel Valladares, misionero del Sagrado Corazón de Jesús, considera que lo que se vive como país en la actualidad, es un tiempo propicio para consagrarse al Señor. “Nuestra consagración al Corazón de Jesús nos ayuda a mantener la confianza en Él y en Dios que, aunque estemos pasando por momentos duros y difíciles, siempre va a estar de nuestro lado, debemos de entender que la confianza en Jesús ante esta tribulación no es un acto de magia, sino es tener la convicción exacta de que, aunque la estamos pasando mal, Dios nunca nos abandona, siempre está a nuestro lado”, dijo el presbítero.
Por su parte, el padre Rigoberto Velásquez, párroco de la comunidad Cristo Rey, añade que “Hay que contemplar el corazón amoroso de Jesús, ya que siempre está abierto para amar y cuando la persona reconoce que es amada por Dios, sabe que tiene fuerza para seguir adelante, porque tiene la certeza que ese corazón siempre está abierto para acoger, para recibir a todo aquel que se encomienda y que se abre también al amor de Dios”.
Amor
La devoción al Corazón de Jesús ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, cuando se meditaba en el costado y el Corazón abierto de Jesús, de donde salió sangre y agua. Fue Jesús mismo quien, en el siglo XVII, en Parayle Monial, Francia, solicitó, a través de una humilde religiosa, que se estableciera definitiva y específicamente la devoción a su Sacratísimo Corazón.
1 Consagración
Una manera fácil de consagrarse a Jesús en este mes, puede ser a través de la siguiente oración: Te saludamos Jesús de corazón admirable, te alabamos, te bendecimos, te glorificamos, te damos gracias, te ofrecemos nuestro corazón, te lo entregamos y consagramos. Amén.
2 Revelación
El 16 de junio de 1675 se le apareció Nuestro Señor y le mostró su Corazón a Santa Margarita María de Alacoque. Su Corazón estaba rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y, del interior de su corazón, salía una cruz.
3 Entrega
La devoción en sí está dirigida a la persona de Nuestro Señor Jesucristo y a su amor no correspondido, representado por su Corazón. Dos, pues son los actos esenciales de esta devoción: amor y reparación. Amor, por lo mucho que Él nos ama. Reparación y desagravio, por las muchas injurias que recibe sobre todo en la Sagrada Eucaristía.