Consagradas a María, las madres replican a sus hijos el amor por Jesús

La Virgen Santa, es el principal modelo de amor hacia Cristo y consagrados a ella, las mamás cuentan con el principal impulso para transmitir la fe

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Nuestra Señora de Fátima, es una de las advocaciones con más devotos en el mundo entero, su presencia y acompañamiento maternal desde sus apariciones, ha acercado a miles de católicos a su espiritualidad, conociendo cada acontecimiento con los pastorcitos hasta lo que hoy en día, es una devoción arraigada en la feligresía. Ante esto, y por el mes mariano, su fiesta representa un fervoroso llamado a la consagración mariana, un acto de fe y amor que muchas mujeres, madres hondureñas han realizado para educar en valores y en la fe cristiana a sus hijos.

ENSEÑANZAS

La consagración a María y, en especial bajo la advocación de Fátima, tiene una connotación muy especial por su cercanía con el día de la Madre en Honduras. Karen Funes, una joven madre quien en su caminar de fe ha consagrado su vida a la Virgen María, dijo que “Al consagrarnos, aprendemos a ver en María el modelo más sublime y perfecto de Mujer y Madre”. Esta afirmación, entra en el contexto de lo que significa María Santísima para todo católico, pero en especial para las mujeres que han tenido o tendrán el don de dar vida. Funes expresa que “ella es la Madre de nuestro Señor, imaginémonos todo lo que de ella aprendió el mismo Dios hecho hombre”.

Las enseñanzas, el ejemplo y toda la gallardía que muestra María, deben ser plasmada en la maternidad afirma Karen, explicando que “nos enseña a ser madres que corrigen con amor, madres que enseñan a sus hijos a ser buenos cristianos y a dejar huella en cada uno de los ambientes en que nos desenvolvemos”. La transmisión de la fe, de los valores y de las buenas conductas, van ligadas a esa tarea de enseñar que las madres realizan sobre todo en la primera infancia.

EXPERIENCIA

La consagración a la Virgen de Fátima y en el caso especial de cada madre, lleva una especial vivencia. Bajo esta oración, puede realizarse y en este día de las Madres, es ideal este momento espiritual: “Bienaventurada María Virgen de Fátima, con renovada gratitud por tu presencia maternal unimos nuestra voz a la de todas las generaciones que te llaman bienaventurada. Celebramos en ti las grandes obras de Dios, que nunca se cansa de inclinarse con misericordia hacia la humanidad, afligida por el mal y herida por el pecado, para curarla y salvarla. Acoge con benevolencia de Madre el acto de consagración que hoy hacemos con confianza, ante esta imagen tuya tan querida por nosotros. Estamos seguros de que cada uno de nosotros es precioso a tus ojos y que nada de lo que habita en nuestros corazones es ajeno a ti. Nos dejamos alcanzar por tu dulcísima mirada y recibimos la consoladora caricia de tu sonrisa. Custodia nuestra vida entre tus brazos: bendice y refuerza todo deseo de bien; reaviva y alimenta la fe; sostiene e ilumina la esperanza; suscita y anima la caridad; guíanos a todos nosotros por el camino de la santidad. Enséñanos tú mismo amor de predilección por los pequeños y los pobres, por los excluidos y los que sufren, por los pecadores y los extraviados de corazón: congrega a todos bajo tu protección y entrégalos a todos a tu dilecto Hijo, el Señor nuestro Jesús. Amén”.

INVITACIÓN

La advocación de Nuestra Señora de Fátima, es una figura maternal ideal para que cada mujer que ya dio vida o que se encuentra en estado de embarazo, pueda entregar su gestación o crianza, en manos de María Santísima, consagrando sus vidas y de esta manera, consagrar también, todo lo que esté a su alrededor y que la hace plena como fémina. “Consagrarnos a María es un acto de amor que todo católico debería hacer, ya que significa pertenecer por completo a ella y refugiarnos en su inmaculado corazón”, y bajo esta premisa es que se extiende la invitación a no solo vivir una fe mariana limitada, sino a adentrarse en las vastas experiencias de fe y devoción que pueden surgir, trayendo consigo una compenetración mayor y frutos abundantes de manera persona y comunitaria.

1 DESEO

La manifiesta intención de consagrar la maternidad o la vida propia o de quien viene en camino, es crucial para que la consagración a la Virgen sea impulso de fe para salir adelante con los retos del día al día.

2 FRUTOS

Las madres que deciden realizar su consagración a la Virgen de Fátima, obtienen muchos beneficios espirituales, tanto para ellas como para sus hijos; toda maternidad, debe girar en torno al modelo primario de ser madre: la Virgen María.

3 PERSEVERAR

La consagración puede parecer de un momento, pero es un modo de vida donde una vez asumido, conlleva responsabilidades y desafíos, además de una vida de espiritualidad constante que acompaña la maternidad.

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