Para que los hijos no se sientan atacados ante los regaños de sus padres, se puede aplicar este recurso a partir de los 5 años para su mayor compresión. El objetivo, según Karla Cerrato, psicóloga especializada en el área infantil, “Es decir al niño lo que pensamos, sentimos, queremos o necesitamos, sin miedo a la posibilidad de ser rechazados”.
Los beneficios de utilizarla, agregó la psicóloga, son “fomentar la receptividad para que logren cambiar otras conductas en el futuro, fortalecer la autoestima infantil y facilitar la comunicación entre padres e hijos”. Es importante destacar que la técnica del sándwich no se basa en el castigo y debemos saber que en esta edad los elogios son muy importantes, “les dan mayor seguridad, trabajando como reguladores de conductas con el fin de obtener un refuerzo positivo basado en la psicología cognitivo conductual” concluyó Cerrato.
1 Elogios
Primer paso, inicia con retroalimentación positiva. Ejemplo: “Sabes, me enorgullece que seas un niño muy inteligente y capaz de realizar muchas cosas, disfruto cuando compartes con tu hermana pequeña, yo sé que sabes ser un buen hermano”.
2 Crítica
Segundo paso, incluya lo negativo de su comportamiento. Ejemplo: “Sin embargo, he notado que a veces no quieres prestarles tus juguetes y eso no está bien. Sería bueno que compartas tus cosas, sobre todo porque son hermanitos y deben pasarla bien juntos”.
3 Motivación
Por último, cierre la expresión con un mensaje que le motive a ser mejor. Ejemplo: “Prestarle los juguetes a tu hermana te convierte en un buen niño y sobre todo un hermano más bondadoso. Además, me haría muy feliz ver cómo se llevan mejor cada día”.