El dogma de la Santísima Trinidad, más allá de intentar entender es de creerlo y amarlo, observándolo como un acto de amor a la humanidad, con- templando al Padre creador, al Hijo redentor y al Espíritu Santo consolador.
Comunión
Para el padre Cesar Muñoz, sacerdote Siervo Misionero de la Santísima Trinidad y que sirvió por muchos años en Honduras, “La invitación para cada uno al contemplar este misterio, es ir creciendo en la comunión, esa que es fruto del amor”. Este misterio hermoso afirma el presbítero, “es una muestra de relación con el otro y de cómo podemos interesarnos en los demás, fortaleciendo la intimidad con el Señor bajo estos aspectos”.
Vivencias
A lo largo de los tiempos, se coloca la señal de la cruz o la invocación a la Santísima Trinidad como un acto que suele caer en la sola piedad, olvidando que es una señal de amor, así lo afirma el padre Ovidio Rodríguez, párroco de la comunidad Divino Niño, quien expresa que “Debemos permitir que el Dios uno y trino actúe para tener presente la responsabilidad misionera que ejercemos todos los días, si nos signamos ante una iglesia o una imagen, debe ser una forma de vivir la fe y compartirla a los demás”.
1 Estudio
Es necesario el estudio profundo, empezando por quitar la concepción de que por ser misterio es que está escondida. Diferentes santos han pronunciado discursos sobre el dios uno y trino y pueden ayudar a una mejor comprensión.
2 Invocar
Con la oración e invocando a la trinidad, también nos adentramos en el misterio de la Santísima Trinidad, dando el espacio que merece a la acción que cada uno puede hacer en las diferentes actividades que se realizan.