Personalmente siento que al principio antes de entrar a la Congregación, conocía a Nuestra señora del Carmen como eso, como una devoción:
Mi abuela le hacia un gran “fiestón” en mi pueblo que me ha dejado toda mi vida impactada. Hacia un altar que cubría casi la mitad de la casa. Celebraba el rezo del santo Rosario solemne, con cohetes, con todo y todo, pan, nacatamales, “chancha” horneada, espectacular. Algo también impactante es que la imagen de Nuestra Señora del Carmen, la dejo heredada a la Iglesia del pueblo y es la que sacan en las posadas desde hace años. Así la disfruta el pueblo de Dios en la parcela de mi lugar de origen, de manera especial la cantidad de niñas y niños que participan en los barrios en preparación para Navidad. En cada casa donde queda posando le preparan una comida para repartir a donde continuara la posada del día siguiente.
Otra experiencia que he vivido y descubro, aun actualmente, es en los rezos de difuntos en la imagen de ella sacando las animas del fuego de las llamas infierno, que es la que predomina en la religiosidad Popular, es esa imagen de ella que más conoce nuestro pueblo. Como intercesora de las animas del purgatorio.
Pero en el Carmelo para mi he pasado de la devoción de Nuestra Señora del Carmen a una “experiencia espiritual“, he ido poco a poco pasando de algo exterior a un amor en mi corazón, gracias a Dios, es una experiencia diferente.
La descubro y experimento como la Madre de Dios, que está en mí, con su presencia sencilla, discreta acompañándome, ni me doy cuenta muchas veces, pero la puedo sentir o no sentir, pero en mi constato, al hacer el examen espiritual del día, de que ella esta y que va conmigo. Como dice el canto “aunque parezcan tus pasos inútiles caminar contigo por el camino Santa María va”
“Y María, por su parte guardaba todos esos acontecimientos en su corazón, meditándolos en su interior” (Lc 2, 19)
En el Carmelo la experimentamos como María la que sabe estar presente a Dios, la mujer de vida de oración, mujer orante, contemplativa en la acción, facilitando con alegría la vida, perseverante en lo sumamente difícil en el calvario, y es en la cruz que Jesús nos la da como Madre. (Jn 19,27)
El Escapulario es otra devoción asociada a Nuestra Señora del Carmen, en mi experiencia de Dios, el Escapulario ya no significa algo mágico, sino el símbolo exterior de pertenecer a ese gran amor de Dios en María que me lo regala para que sea profundamente feliz en El, en el Dios Vivo desde mi interior, desde mi Casa (Jn 19, 28).
Es la experiencia de una “Nueva creación” para abrirme a este mundo de violencia, desesperado, vacío, porque falta Él, a hacer que acontezca el Reino es decir que seamos hermanos y hermanos, la otra persona no me es indiferente es un ser humano (Fratelli Tutti) a ser inclusiva con las otras y los otros. Es allí que nacen o gestan los valores del Reino, es decir, la experiencia espiritual de María me lleva a la hermana, al hermano, a estremecerme ante el dolor que sufre tanta gente sin trabajo, tantos niños y jóvenes que tienen que migrar dejar lo mas entrañable, exponiendo la vida, desafiando al destino para lograr sus metas y sueños.
Allí voy y aquí ella camina con su presencia acompañándome, acompañándonos fiel, amorosa y tierna, fiel en el Amor en las buenas y en las malas, hacia una nueva creación la de la Vida en el Espíritu, desde hoy hacia la Luz del nuevo día que es su Hijo Jesucristo el Enviado del Padre. Ella me lleva de la manita a su Hijo al Dios Vivo.
Sea por siempre bendito y alabado ÉL.
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Artículo sobre las Congregaciones que tienen espiritualidad Carmelitana.
Soy Sor María Dolores (Hermana Lola) Lara Mejía de las Hermanas de la Providencia, de Espiritualidad Carmelitana por lo que Nuestra Señora del Carmen es Patrona de nuestra Congregación, ella es Reina y belleza del Carmelo.
Soy Carmelita de Vida Religiosa Apostólica, junto con mis hermanas de Congregación y con nuestra Familia de la Providencia y toda la Orden del Carmelo.