Comenzamos 2023 acompañados de la Madre del Salvador

Cada 1 de enero la Iglesia celebra por todo lo alto el dogma de la Maternidad Divina de la Virgen María

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El inicio de cada año se ve marcado por la celebración de la Solemnidad de Santa María Madre de Dios. Esta fiesta señala que Ella es la verdadera progenitora del Creador. Ella es la madre del Verbo encarnado y también, nuestra. Esta verdad es incluso señalada como el principal dogma mariano, porque toda gira en torno a su entrega como mujer para recibir al Redentor en su vientre, de aquí se derivan los demás: La Inmaculada Concepción de la Virgen María, Asunción de la Virgen María y su Perpetua Virginidad. En una Audiencia General de 1996, el Papa San Juan Pablo II mencionaba al respecto que el contemplar el misterio del nacimiento del Hijo de Dios, impulsa al pueblo a dirigirse a la Virgen no solo como la Madre de Jesús sino también la reconoce como Madre de Dios.

En la primera comunidad cristiana, mientras crece entre los discípulos la conciencia de que Jesús es el Hijo de Dios, resulta cada vez más claro que María es la Theotokos, la Madre de Dios.

Se trata de un título que no aparece explícitamente en los textos evangélicos, aunque en ellos se habla de la “Madre de Jesús” y se afirma que Él es Dios (Jn 20, 28, cf. 5, 18; 10, 30. 33). Por lo demás, presentan a María como Madre del Emmanuel, que significa Dios con nosotros (cf. Mt 1, 22-23)” La Santa Madre Iglesia afirma este dogma desde hace muchos años y lo definió solemnemente en el Concilio de Éfeso en el siglo V. En el Concilio Vaticano II se menciona esta verdad con estas palabras: “Desde los tiempos más antiguos, la Bienaventurada Virgen es honrada con el título de Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles acuden con sus súplicas en todos sus peligros y necesidades” (Const. Dogmática Lumen Gentium, Num 66)

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