
COMAYAGUA.- Durante el mes dedicado a las vocaciones, este rotativo católico se trasladó hasta el Seminario Mayor Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, ubicado en la ciudad de Comayagua. Este centro de formación sacerdotal, que durante años fue dirigido por el ahora obispo de La Ceiba, Monseñor Jenrry Johel Velásquez Hernández, continúa siendo tierra fértil donde germinan las vocaciones al sacerdocio.
Lejos del bullicio urbano, pero muy cerca del corazón de Dios, esta casa de formación acoge a decenas de jóvenes que, con valentía, han respondido al llamado del Señor, emprendiendo un camino de formación académica, espiritual y humana.
Uno de ellos es Elvin Castro, seminarista originario de la comunidad Piedras Azules, en Comayagua, quien relata que su llamado tuvo lugar durante una Eucaristía:
“En la catedral de Comayagua, en 2016, asistí a una ordenación diaconal. Vi a muchos sacerdotes y eso me impactó profundamente. Desde ese momento sentí el deseo de seguir ese camino y logré contactar al promotor vocacional del seminario diocesano”, compartió Castro, quien define su vocación como una manifestación del amor de Dios en la Iglesia.
Por su parte, Florentino González atribuye su vocación al entorno en el que creció, rodeado de sacerdotes y vida parroquial activa: “Tuve mucha cercanía con varios sacerdotes, especialmente los de mi parroquia. Además, tengo un primo que ya es sacerdote, y eso me motivó bastante. Pero fue en una ordenación donde sentí, con mayor fuerza, ese ardor en mi corazón y dije: ‘Sí, Señor, aquí estoy’”.
Desde Ajuterique, otro joven seminarista, Ángel Gabriel Suazo, define el sacerdocio como una entrega total al Señor y al pueblo de Dios: “La entrega que el sacerdote realiza con su vida no solo transforma su propia existencia, sino que inspira a muchas almas a ofrecerse también al Señor. Es en esa visión de servicio, vivida intensamente en la parroquia y en la comunidad, donde los fieles se sienten más cerca de Cristo a través del ministerio sacerdotal”.
El legado de Monseñor Jenrry Johel Velásquez Hernández como rector del Seminario Mayor Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote dejó una huella profunda en la pastoral vocacional de esta región. Su cercanía, testimonio de vida y compromiso con la formación integral de los futuros sacerdotes fue determinante para que hoy Comayagua se consolide como uno de los principales semilleros de vocaciones sacerdotales en Honduras.