Celebran los 61 años de vida sacerdotal del Padre Fernando Ibáñez

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Las siete comunidades que conforman la Parroquia El Buen Pastor, de la Arquidiócesis de San Pedro Sula, se reunieron el pasado 20 de marzo para celebrar con gran alegría y gratitud el 61 aniversario sacerdotal del Padre Fernando Ibáñez. La ocasión fue un momento especial para rendir homenaje a su larga trayectoria de servicio y dedicación a la Iglesia y a la comunidad.

Celebración

La Eucaristía fue presidida por el Padre Fernando Ibáñez, quien, con una gran sonrisa, recordó con emoción su ordenación sacerdotal, que tuvo lugar hace más de seis décadas en Roma. En su homilía, compartió con los fieles que su primera Misa fue celebrada en latín, rodeado de su familia, amigos y compañeros de seminario. Con un corazón agradecido, destacó la importancia de mantenerse fiel a la vocación y dio gracias a Dios por estos 61 años de ministerio, haciendo referencia al Salmo 136: “¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor!”.

Sus palabras conmovieron a la comunidad, que lo ha visto ejercer su sacerdocio con entrega y amor. El Padre Gustavo Fuentes, actual párroco de la comunidad El Buen Pastor, expresó con entusiasmo su admiración y gratitud hacia el Padre Fernando. “Es un verdadero testimonio de fe, de entrega a Dios y a la comunidad. Su vida ha sido un ejemplo de perseverancia, servicio y amor al prójimo. Por eso, hoy nos unimos en acción de gracias por todos estos años de ministerio”, afirmó durante la celebración.

Entrega

El Padre Fernando Ibáñez es un sacerdote diocesano que nació en España, en la histórica ciudad de Burgos, en la región de la Vieja Castilla. Desde muy joven sintió el llamado de Dios, lo que lo llevó a dedicar su vida por completo al servicio de la Iglesia. Durante 23 años, fue párroco de la comunidad El Buen Pastor, dejando una huella imborrable en la vida de muchas personas que encontraron en él un guía espiritual y un amigo cercano.

UN CONVIVIO FRATERNO

Después de la solemne celebración eucarística, la comunidad se reunió en un animado convivio, donde se compartieron alimentos, anécdotas y palabras de cariño hacia el Padre Fernando. A pesar de estar jubilado, su amor por la misión no ha disminuido, y continúa colaborando activamente con el Padre Gustavo Fuentes en diversas actividades pastorales.

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