“Les daré pastores según mi corazón, que los apacienten con inteligencia y prudencia” relata el libro de Jeremías y estas palabras, se cumplen a cabalidad en el pastor que el Señor ha dado a la Arquidiócesis de Tegucigalpa. El Cardenal Óscar Andrés Rodríguez, es sin duda, un pastor según el corazón de Dios que con sabiduría ha guiado al pueblo que el Señor le ha confiado y ha impregnado un legado de cercanía, amor y entrega.
Capacidad
Una de sus características principales es la capacidad que tiene. Está preparado académicamente y pastoralmente como pocos, así lo constata el presbítero Hermer Sorto al mencionar que, no hay temática que él no pueda desarrollar “es un genio, una eminencia en todo sentido” dijo. Pablo César Pérez, integrante del movimiento Juan XXIII confiesa que, para aquellos que hemos estado cerca de él y hemos recibido una palabra, un consejo, “nos ha marcado nuestra vida, nos ha dejado huellas imborrables, no solo en nuestra mente sino también en nuestro corazón”.
Juventud
Su mayor anhelo siempre fue la enseñanza, fiel a la vocación salesiana heredada de don Bosco. Es por ello, que el Seminario Mayor, se ha convertido en esa fuente de inspiración, felicidad y entrega, en donde puede vivir esa parte de su llamado. Mario Amaya, seminarista de la Arquidiócesis lo constata al expresar que, el Cardenal es un amigo, un hermano y un excelente padre. “Me ha enseñado a amar a la Iglesia y a defenderla de los adversarios que están en contra de los valores del Evangelio” dijo. Samuel Salgado, también seminarista indica que, siempre lo ha admirado por su empatía ante el dolor de los demás, “cuando mi tío falleció de COVID-19, él estuvo muy pendiente de mí, él se hizo uno conmigo en esos momentos de dificultad”, dijo.