“Muchos viven -y pareciera que quieren vivir- en la muerte del pecado, sin dejar que la Misericordia mueva la piedra -del pecado- que esclaviza. Dejemos a Dios que ilumine nuestra vida” dijo Monseñor José Vicente Nácher Tatay al presidir este Domingo de Ramos, la Eucaristía desde la Basílica de Suyapa.
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El Arzobispo de Tegucigalpa presidió la Misa de 11 en este recinto mariano y al dirigirse a la feligresía les dijo que lo que celebramos en Semana Santa es, “La humanidad más humana, la divinidad más cercana… la debilidad más santa. Celebramos a Jesús en “su hora”, es decir, en su plenitud de entrega y obediencia por nuestra salvación”.
Al inicio de la celebración bendijo los ramos, para que sean un signo de fe y devoción en los hogares.