Dejaron la comodidad de sus hogares para encontrarse en el municipio de Cedros, Francisco Morazán, y reafirmar su servicio al Señor por medio del acolitado. Niños y jóvenes vitorearon en las calles a un Cristo vivo llevando esperanza en medio de crudas realidades que experimentan nuestros hermanos.
Cantos, aplausos y porque no decirle cansancio y sudor, eran visibles pero nada detenía el entusiasmo de estos muchachos que experimentan la transustanciación en “primera fila”.
Recorrieron más de 5 kilómetros aproximadamente para llegar a este destino donde antes de la Eucaristía, recibieron dos charlas motivacionales para no claudicar en este camino. Dentro de la misma Misa, se les entregó un diploma de reconocimiento y luego del banquete celestial compartieron un deliciosos almuerzo.