Los católicos reconocemos a la Virgen María como Madre de Dios y también Madre Nuestra. En el caso particular de los hondureños, se sienten protegidos por la Virgen de Suyapa. Por lo que se le venera con mucha devoción y se con- fía plenamente a su santa intercesión, sabiendo que no es ella quien hace el milagro, sino su Hijo Jesús, pero que, a través de sus plegarias como madre de todos, intercede por nuestras necesidades. “Todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mí, maravillas el Poderoso”, nos recuerda el Evangelio de San Lucas (Lc 1, 48-49), para reconocer la grandeza de su misión.
Intercesión
El Padre Gerardo Vallecillo, Párroco en la comunidad Madre Dolo- rosa, afirma que, “Nuestra madre Santísima no es una diosa, pero intercede por sus hijos porque es madre y venimos acá por ella”. Con ocasión de la fiesta nacional en honor a la Patrona de Honduras, son miles de fieles que se acercan con devoción, sabiendo que su plegaria será escuchada. El Presbítero recuerda que, “en esta Basílica se concedió una cantidad enorme de milagros a cada de los que peregrinamos. Podríamos dar testimonios de los milagros que, por la intercesión de nuestra madre Santísima, el Señor concede”. La tradición de la Iglesia nos enseña que la adoración es el máximo culto que podemos darle a Dios, porque es nuestro Padre. A María, se reconoce como la Madre de Dios y también afirmamos que es madre nuestra, lo que nos hace darle el lugar que se merece por sus virtudes y porque ella es la llena de Gracia, preservada del pecado original. María es la intercesora por excelencia ante su hijo Jesús, reconocemos y sabemos que no es Ella quien hace el milagro, sino el medio para que nuestras plegarias sean siempre escuchadas.
María
Monseñor José Vicente Nácher, Arzobispo de Tegucigalpa, al hablar de la Virgen de Suyapa, re- cuerda que Nuestra Señora es “pequeña”, pero sus ojos están abiertos, “Ahí radica su grandeza, en esos ojos aten- tos a los demás, que no mira desde lo alto, sino que con pedagogía de madre se inclina para ver de cerca con ternura”. De igual manera, in- vita constantemente a qué, acudamos a Jesús a través de María. “No dejen de caminar, no dejen de ir en busca de la madre, porque así encontrarán a Jesús”, afirmó.