En la Homilía del Señor arzobispo Cardenal, Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, para el XXIII Domingo del Tiempo Ordinario, tomadas del Evangelio según Marcos 7, 31-37, nos detalla, que esta lectura para nosotros debe ser una apertura para escuchar la voz del Espíritu Santo, la voz de la vida en nuestro corazón.
Así mismo, hizo ese llamado a pensar en nuestra pobre Honduras, que esta encerrada en esta pandemia, encerrada en la sordera para escuchar los mensajes de la Palabra de Dios, en la sordera para escuchar las palabras que nos dirige el Señor a través de la creación.
Al igual detalló el Cardenal Rodríguez, que este “sordomudo” del Evangelio de hoy es una figura representativa de tantas mentes y corazones que están cerrados, como discípulos.
Además señaló, que la humanidad de hoy, vive incomunicada en tiempos del mayor desarrollo. “La soledad se ha convertido en una de las plagas más graves de nuestra sociedad”.
Y se refirió que también, que padecemos una “sordera” para escuchar a Dios, “nuestro mundo se ha hecho sordo a Dios, particularmente la sociedad están perdiendo su capacidad para escuchar a Dios. Y habría que decir: ¡Éffata Honduras! Como gritó Juan Pablo II. Sé tú misma, le dijo ¡Europa se tu misma! “hace falta decirle a Honduras se tu misma “
” Abrir nuestro oídos a la voz de la conciencia”
El Quinto arzobispo de Tegucigalpa, igual hizo un llamado abrir nuestro corazón a la belleza de Cristo, a la belleza de su vida, a esta luz del mundo, abrir nuestros oídos a la Palabra de Dios, que resuene en nosotros que poco caso le hacemos, abrir nuestros oídos a la voz de la conciencia.
Al igual señaló, que muchos prefieren escuchar voces superficiales de una propaganda superficial que no lleva a ninguna parte.
“Este proceso que se está preparando para elegir autoridades, tiene que llegar a la profundidad del corazón, no es simplemente con una fotografía o con una plancha, si es una persona, cuestionada por falta de ética, no debe ser elegida, como puede cambiar un país sordo precisamente a los valores, nunca y con los mismos ladrones, no se puede pensar en un desarrollo humano, con esos mismos indiferentes egoístas, que no peinan en el bien común, no se puede llegar a ninguna parte ni habrá cambios, por eso es tan importante escuchar, escucha los valores que ilumina”, enfatizó el cardenal Óscar Andrés Rodríguez.